ME
CONTARON [3]
Cierto día me lo dijeron,
Cierto día me lo dijeron,
que
amabas como el sol al estero
y decidí que sería navegante en tu barca,
y decidí que sería navegante en tu barca,
en
tu gran velero,
aceptando que el ayer me duele,
aceptando que el ayer me duele,
y
el hoy me castiga.
Me contaron que eras el índigo del mar y del cielo…
Que antes que las estrellas, ya estabas,
Me contaron que eras el índigo del mar y del cielo…
Que antes que las estrellas, ya estabas,
y
antes que ese final y principio.
Corrí tan aprisa como el pensamiento,
Corrí tan aprisa como el pensamiento,
hacia
tu ventana abierta.
Alguien me dijo que te había visto,
Alguien me dijo que te había visto,
pero
te descubro en todo;
en la roca fuerte que espera por mí,
en los ojos de una cometa que parece volar,
en la roca fuerte que espera por mí,
en los ojos de una cometa que parece volar,
más
sólo muere.
Te busqué, pues alguien me lo contó…
Ella tenía ojos de pradera,
Te busqué, pues alguien me lo contó…
Ella tenía ojos de pradera,
habitaba
un girasol en su interior,
parecía el beso del astro Rey en el mar.
Me lo dijo cierto día, iba de su mano:
parecía el beso del astro Rey en el mar.
Me lo dijo cierto día, iba de su mano:
¡Mira,
es tan bello todo,
tan divino ver pasar las golondrinas,
tan divino ver pasar las golondrinas,
todo
lo que existe!
¡Escúchalo!, es el suspiro del viento que me besa.
Cruzó sus manos, y tomó las mías,
mientras
silenciosa, no respondía;
me quedaba esperando otras respuestas,
me quedaba esperando otras respuestas,
y
todas estaban ahí, a mi lado.
Cuando marchó, me di cuenta de todo…
Era un pedazo de Dios quien estaba a mi lado
Cuando marchó, me di cuenta de todo…
Era un pedazo de Dios quien estaba a mi lado
y
nunca lo descubrí,
hoy que no está, lo sé…
Busco en el perdido rincón de la esperanza
hoy que no está, lo sé…
Busco en el perdido rincón de la esperanza
su
voz cálida y serena,
me antojo del ruido de las olas
me antojo del ruido de las olas
que
se descansan en el arenal tibio,
observo volar las gaviotas
y
sus chillidos me traen su voz.observo volar las gaviotas
Y en el ocaso, si regresar a casa deseo;
el brillo de una estrella que pasa ante mis ojos
me anuncia que habrá una oscura noche
y que el búho estará triste sin ella.
Pero se renuevan mis fuerzas,
niños sobre las ramas me regalan cánticos,
asiento en lo que me decía ella, que Dios es todo,
y yo, sólo un cofre donde Él desea estar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 26/13
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