lunes, 11 de febrero de 2013

PASADO [59]

PASADO [59]

Ayer hice un alto en el camino,
Fui una niña con vestido nuevo,  
bebí un buen trago argentino
enredada con el humo de la noche
me abracé del viento,
para soñar contigo.

La fiesta hace olvidar penas
y en el embrujo de la visión borrosa,
un cuerpo de rojo cabello,
sus labios húmedos con gotas de rocío
azules ojos y piel de seda,
trajeron al recuerdo  viejo rostro
otra voz, en una vieja primavera.

Ayer hubo risas y cantos,
abrazos y besos sin desperdicio;
disfrutaba el tiempo con los ojos cerrados
pues al abrirlos, ¡dulce  suplicio!
al verles tan enamorados.

Después, enredados los cuerpos
una melodía sonaba,
mis zapatos se parecían a los suyos,
mis risas, mis carcajadas.

¡Qué hermosa es la vida!
Todos se embebían en caricias,
apetecían sus tantos besos,
pero tímida y cansada,
enmudecida observaba.

Un amanecer al escuchar un cantor
me hizo levantar aprisa;
de sus amores un sueño
el sol  me regalaba.

Amor mío, ¡qué tibio es ver sonreír a los amantes!,
disfrutan la vida y sus placeres mundanos.
¡Qué rico se siente sorber de sus copas!,
soñar en sus besos y sus manos.

Aquí el amor se entrega sin desperdicio;
pero qué pálido es,
despertar solitaria en mi cama.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, febrero 11/13

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