PASADO
[59]
Ayer
hice un alto en el camino,
Fui
una niña con vestido nuevo,
bebí
un buen trago argentino
enredada
con el humo de la noche
me
abracé del viento,
para
soñar contigo.
La
fiesta hace olvidar penas
y
en el embrujo de la visión borrosa,
un
cuerpo de rojo cabello,
sus
labios húmedos con gotas de rocío
azules
ojos y piel de seda,
trajeron
al recuerdo viejo rostro
otra
voz, en una vieja primavera.
Ayer
hubo risas y cantos,
abrazos
y besos sin desperdicio;
disfrutaba
el tiempo con los ojos cerrados
pues
al abrirlos, ¡dulce suplicio!
al
verles tan enamorados.
Después,
enredados los cuerpos
una
melodía sonaba,
mis
zapatos se parecían a los suyos,
mis
risas, mis carcajadas.
¡Qué
hermosa es la vida!
Todos
se embebían en caricias,
apetecían
sus tantos besos,
pero tímida
y cansada,
enmudecida
observaba.
Un
amanecer al escuchar un cantor
me
hizo levantar aprisa;
de
sus amores un sueño
el
sol me regalaba.
Amor
mío, ¡qué tibio es ver sonreír a los amantes!,
disfrutan
la vida y sus placeres mundanos.
¡Qué
rico se siente sorber de sus copas!,
soñar
en sus besos y sus manos.
Aquí
el amor se entrega sin desperdicio;
pero
qué pálido es,
despertar
solitaria en mi cama.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
febrero 11/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario