jueves, 17 de enero de 2013

LOCA [44]


LOCA [44]

Me llaman loca porque amo…
Porque ayudo a proteger la naturaleza
y mi tiempo o  parte de él, lo dedico a ellos,
y ver que nadie los dañe. 

 
Loca sin el rosario en las manos, ni las rodillas peladas.

Por aquí llaman locos a quienes amamos al bosque,
y de éstos locos está necesitado el planeta.

Una loca que no utiliza su inteligencia para dañar

 que no está en la puerta perdiendo el tiempo
viendo qué hacen los demás...

Que no denigra de las personas,
que no hiere a los animales que pasan por su lado
y acoge al herido que llega a su puerta.

De ésta locura necesita el planeta...
Locos de amor por las aves, las flores,  los árboles.
Una locura que se sienta en el ambiente,
donde saber convivir con los demás,

sea parte de nuestros propios derechos
y se respete la vida de los niños que huyen de sus nidos
porque el hombre roba hasta su oportunidad de existir.

¡Qué me inunde la locura del amor por los animales!
¡Qué enloquezca de dolor, al  ver derribar un árbol!
Que enfurezca, si veo que se abren sendas heridas en las montañas
se siembra veneno para dañar a nuestros chicos,
y se fumiga el cielo para que mate la vida.

Que me sigan llamando loca es un honor
ya que mi locura viene de Dios...
No se necesita ser un ángel para amar,

ni un santo para sembrar
se precisa un poco de locura

y nos debemos contagiar.


El planeta y los animales nos necesitan
para que puedan vivir su tiempo,
y nosotros podamos disfrutar 
de su maravillosa existencia
tan frágil como la nuestra.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 17/13






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