jueves, 10 de enero de 2013

LA VOZ DEL GORRIÓN [61]

LA VOZ DEL GORRIÓN [61]

Aquí estoy,
me gustaría saber  me volteas a ver,
que detallas el ocre de mis plumas,
los destellos invisibles a tu razón
para que descubras quién soy.

Que ante el dorado trigo me vislumbras,
que detendrás tus pasos para que pueda cruzar,
y que plantarás un nuevo árbol.

¡Tanto desearía que escucharas mi voz!
Es simple y mágica como la tuya.
Mi vida cabe en un estuche en miniatura
y trino feliz en tu ventana.

Parezco un pedazo de vida inútil,
pero es la misma vida tuya,

el mismo aliento que te anima.

La vida se nos parece, 
frágil y pequeña,
valiosa si la amamos,
crueles si la destruimos.

Tanto deseé que vieras lo que mis ojos,
que detallaras mi pequeño nido,
ahí las perlas de mi amor revientan

escucho sus voces,
son un milagro ante tus ojos y los míos.

Temo contemplarte, ¡me das miedo!…
Temo huir, sé que preparas tu honda,
temo cantar porque me avistarás,
temo desaparecer para siempre

y no ser parte de esto.

Me gustaría que me escucharas
que veas conmigo el sol de cada amanecer,
que adviertas volar a mis pichones,
que te enternezcas si me ves enseñándolos a volar
para que aprendas un poco de mí.

¡Vamos los dos!…
Descansa de tus afanes y carreras.
¿Hacia dónde vas?,
¿No es acaso tu fin el mismo mío?
No sé a dónde iré, no lo tengo claro,
pero soy feliz estando aquí.

¡Detente!…

 Oye  a tu corazón que palpita igual que el mío,
déjame danzar bajo la lluvia transparente,
tomar una gota de rocío de tu ventana abierta.
Déjame trinar contigo para agradecer a Dios por la vida
con mis alegrías que son suyas.

Verás amigo mío,

qué un poco más tarde nos maravillaremos

cuando el sol quiera marchar,
y advirtamos en la oscuridad de la noche
una novia vestida de traje blanco
viendo a sus estrellas brillar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 10/13



No hay comentarios:

Publicar un comentario