Orquìdeas amarillas. Jardìn Botànico-Colombia.
DICE
LA ORUGA [72]
¡Qué
silencio el de mi cárcel!
Nadie vendrá a visitarme.
Los que ayer me vieron arrastrar los pasos
y me ahuyentaron de la parcela,
nunca comprenderán
lo
triste de mi callada voz.
Me gusta construir madrigales,
la cerradura es fuerte,
nadie
la reventará,
ni observaré mentiras en sus ojos
ni sus voces altaneras.
Mañana es mi día…
Desde mi orquídea dorada en donde habito
una llave mágica abrirá mi celda.
¡Al fin extenderé mis coloridas alas
y sabré que mi vida es una certeza!
Al fin la libertad, la fronda mágica.
Por su amor mi efímera existencia,
por su dulzor una cárcel de sueños negados.
Por
existir,
¡morir
cuando más feliz creía estar!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 8/13
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