A UN CRISTO L4R (11)
Al Cristo que habita los cerros
Donde una daga se clava a diario
Se arremete contra el alma de mi madre
Con la furia del hambre de tener.
A ese niño volador que han dejado sin alas
Que no pudo corretear ni preparar un nido
Antes que hambre sed de odio
Antes que amor, indiferencia.
A ese muchacho de traje oscuro
De crines revueltas que danza con la brisa
Un azote sobre su espalda a pesar de su carga
Un gemido silencioso viendo a nadie
Con su mirada al frente descubriendo su norte.
Por ese Cristo que clavamos cada segundo
Sangre, armas, odio, terror…
Juguetes caros para enviciar en los venenos
Para convertir el alma en lanza
Y la boca en fusiles de guerra.
Crucificado serás padre mío, una y mil veces
Cada vez que me llevo un bocado a la boca,
Si olvido el hambre y la necesidad ajena
Dejando sobre mi percha trajes de fantasía
Sabiendo que te bastabas con tu piel aún en invierno.
Por ese Sembrador en caminos sin esperanza
Empujados a mendigar en cualquier esquina.
Falso poder que olvida su pasajera vida
Cual mariposa de colores
Naciendo desde su propia celda, suspira y muere
Siendo feliz un solo día.
¡Vamos soñadores!
Mera fantasía es la vida,
Una barca que no sabemos hacia donde va
Una espada blandida sobre nosotros
Si en un parpadeo no vemos pasar el águila
Sobre los cerros que guardaban sus nidos.
Por ese Cristo que a diario herimos…
La ilusión de un cambio de mentalidad.
Una pala será un motivo válido,
Un pequeño árbol sembrado en cualquier camino
El riego aún con nuestras lágrimas
Hará que nuevos brotes nos permitan soñar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 28/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario