jueves, 22 de noviembre de 2012

SOÑANDO QUE VIVO





SOÑANDO QUE VIVO

No me importó la soledad, ni la tristeza…
cerré los ojos un instante… imaginé que amanecía
que sobre tus brazos la vida seria eterna

navegando en nubes pasajeras,
En versos que me recordaban lo frágil de la vida
como el idilio fugaz de una mariposa
y presentí que debía beber de tus labios hoy;
que cada segundo que marchaba, era uno menos para amar
una oportunidad para aprender que la vida no es más
que un son de reloj, que en un instante se apaga…

Las rosas aparecieron en mi sueño
con pequeñas gotas de roció como perlas de colores
copiando toda la belleza y el esplendor de la fantasía,
creyendo que la vida es para siempre,
desnuda, con el beso de la brisa y las olas, entonando una nueva canción;
perdida en la locura de la mente, que viaja a donde quiere, reinventándose…
como un pentagrama en blanco,
Que pronto llenaremos de notas fascinantes
alimentando el ego de existir y vivir, como si no muriéramos mañana
o tal vez en un segundo…

Descubrí la gigante luna tan bella, como ese regalo infatigable
soñé con un dorado sol besando las playas vacías de mi existencia
donde se renovó el amor, las flores retornaron a mi mesa;
las miradas encendidas y las humedades regresaron al estero,
tus detalles adornados de rojas flores, tus caricias
como la miel que tibiamente se desliza entre la lengua…

Al despertar, descubrí que soñar nos devolvía los anhelos
que la siempreviva adornaría, sin importar que pareciera una flor muerta
que al abrir los labios sentiría los tuyos en los míos,
y con el encanto de saberme viva una vez más…
cerré los ojos… y seguí soñando…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 19/12

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