Un escrito de mi compadre Benjamín Araujo sobre madres malvadas, pues no todas las madres son ese pedazo de Dios en la tierra, y debo confesar que personalmente conozco un caso que me impactó mucho por su crueldad.
Una vecina, de aquéllas damas que salen a la calle creyendo que son las mejores esposas y madres del mundo, pero que teníamos que calarnos sus maltratos y sufrir a la par de sus hijos, claro que algo hicimos para que cambiara pero no lo divulgo aquí.
Sus niñas crecieron con los insultos más horrendos, las denigraba como seres humanos hasta el punto que hizo algo que nos pareció abominable, pues un bebè no sabe controlar sus esfìnteres y para ésto también se necesita un aprendizaje y paciencia de quien lo guía, en éste caso su mamà.
Cierto día la niña ensució el pañal (desechable) y ésto provocó la ira de la dama que la insultó, la golpea pues escuchábamos los gritos de la niña, y encima de todo aunque no lo crean... la hizo comer de su propia caca, pero ella siempre fue una dama respetable para todo el mundo, mientras otras madres, sólo pasamos por ser ignorantes en el trabajo de educar, ya que requerimos únicamente una dosis de amor para hacer bien la tarea, aunque en ello algunas veces también se fracasa.
Aprender a ser padres es difícil no es una tarea fácil y nadie nos enseñó a serlo, pero nuestros hijos no pidieron que los trajéramos al mundo y es nuestra obligación guiarlos y amarlos, sino para eso hay tantas maneras de cuidarnos y privarnos de esa tarea maravillosa de ser padres, o está la oportunidad de darlos en adopción a personas que les brindarán mucho más que amor en vez de someterlos a la crueldad de nuestros actos.
Raquel Rueda Bohórquez
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