sábado, 3 de noviembre de 2012

COMO UN GORRIÒN



Foto
Fotografía familiar: Liz Àlvarez Rueda.

COMO UN GORRIÓN

Como un gorrión bajo la lluvia te esperaré
Desde aquí observo un mundo mágico
Estaba lleno de todo pero no era nada
Y sobre cualquier espacio,
 comprendo de la inmensidad.

Me abrazo de las olas y espero gotas de rocío
Cuando las gigantescas se empinan
Se besan con las rocas y me regalan un suspiro
Abriendo mis alas me deleito de sus diamantes de colores
Y declamo un poema o decido cantar muy quedo
Bajo una flor cualquiera, esperando me escuches.

¡Qué bello ese todo lo que vivo…!
Aquí no tengo hambre, no tengo frío
Los observo llorar y no entiendo la razón
Pues la vida está aquí…
Allá es sólo muerte y soledad
Rabias y pasiones con sueños incumplidos
Donde el sudor nos quiebra el lomo, y la balanza no se mide.

Puedo contar con la gracia de Dios
Es verdad que existe… quisiera poder hablar
Murmurar que las heridas no duelen pues no existen
Que no hay lágrimas sino sonrisas
Que no hay llanto sino música.

Un arpa es el cuerpo de mi ángel en mis manos
Mi novia quedó con su ramo de azahares fresco
Con un anillo de sueños que no pude cumplir…
A ella le digo que no importa el tiempo… él no cuenta
No existe y todo es un sueño vano.

Quiero tocar su piel y ella siente mis pasos
Un escalofrío extraño recorre su figura
Ha de saber que soy yo quien acaricia el arpa de su cuerpo
Y desde aquí no necesito cerrar los ojos
Cuando la música brota de su interior
Y la magia del amor rebota y me incita a regresar
Pero me detienen las manos que todo lo saben,
Y no quieren que vuelva a llorar.

Soy un pequeño gorrión bajo la lluvia
¿Qué más felicidad puede haber?
Mis dolores de cabeza marcharon
No tengo miedo… no me canso por más que vuele
Y cuando llego a casa de mis padres,
Un regocijo inmenso cobija mi corazón
Pues deseo que escuchen que los amo
Que mi tristeza era sólo ese motivo
No tuve tiempo… no alcanzó mi vida para hacerlo
Y hoy… cuando el amanecer me presenta de nuevo
Una pequeña flor alada sobre su ventana,
Una pluma que llega en un instante y cae a sus pies
Una libélula azul o verde o plateada…
Una mariposa de colores que insiste ante sus ojos
Hablarán de mi amor para decirles que aquí estoy.

Mi marcha es igual que mi regreso
Cuando me piensan estarè ahí calmando sus heridas
Tomando sus pequeñas lágrimas
Protegiendo de cada peligro que se cierne sobre sus vidas
La providencia me envía y ahora tengo esa misión.

Llueve… hay tanta lluvia de ojos
Tantos cántaros donde el desamor anida
Que estaré aquí por tanto tiempo
Hasta que una nueva vida decida por mí
Y de nuevo dentro de un tibio vientre resucite una vez más.

Mis cabellos no serán dorados sino negros
Y mis ojos tendrán el brillo de los luceros
Sobre la falda de una nueva madre que será la misma
Deleitado en esos pechos de mujer me dormiré
Agradecido por el amor de mí prestado aliento
Esperaré… siempre… vuestro regreso a la verdadera vida
Donde el dolor se esfuma como lluvia sobre mis plumas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 3/12


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