viernes, 2 de noviembre de 2012

A UN AMIGO...


A UN AMIGO…

Un amigo es aquél que toca tus heridas y las sana
El que te da un abrazo donde no hay hipocresías
Te habla con sinceridad y te hace ver los errores que cometes
Te levanta cuando caes y llora contigo, enjugando con su pañuelo tu
s lágrimas.

De tantos amigos he sentido tan pocos
Pero aquéllos que han sido sinceros ahí están
Aún en silencio me escuchan y prefieren no hablar
Pero cuando lo hacen son como un cántaro de agua de lluvia
Después de intenso verano. 

Tantos como hermanos pasamos por enemigos
Tantos como amigos llevamos la falsedad en el corazón
Buscamos el instante para dañarte y herirte sin motivo
Muchos te odian sin comprender el por qué
Pero de nuevo llega tu pana invisible
Te acaricia el rostro con una palabra
Te alienta en aquéllos días donde la lámpara se apaga
Te comprende y escucha sin pronunciar palabra
Pues siente y bebe de tu dolor y ríe con tus alegrías.

Amigos así son tan pocos pero con uno solo basta
Observo en la lejanía mi buen amigo de luz 
Donde parece que las espinas se ciernen sobre su alma
Y recibo de su voz sobre mis montañas un poema
Escucho susurrar los árboles y cantar a las palmeras
Y comprendo que siempre estará ahí como un hermano prodigioso
Levantando mi rostro triste y renovando mi ánimo.

Pero tú… el amante de carne y hueso enviado a cumplir una misión
El que siempre pronunciaba que lo eras cuando urdías la traición
El íntimo que juró amor eterno pero que me hace sufrir
Un esposo como un cardo donde sus espinas se clavan 
Y mi boca se convierte en una triste daga sangrante…

A ese amigo donde la falsedad y la hipocresía anidaron
¡No lo quiero…! Espero romper las cadenas que me hacen sufrir
Pero necesito esa fuerza que me anime
Me somete ésta angustia… me falta el aire para tomar impulso
Y desvío la mirada una vez más hacia la salida de sol
Buscando en ese norte un consuelo.

Dame tu mano mientras levanto vuelo…
Que no seas causante de mis quebrantos
Mañana verás que todo será diferente 
He visto florecer lirios aún sobre las rocas
Levantarse airosas las enredaderas y buscar a Dios 
Y lo han encontrado cuando un brote de semillas se esparce
Y en un instante baja del cielo la lluvia de unos ojos invisibles
Como lágrimas de bondad, que todo lo que tocan lo convierten en vida.

Así son los aliados, un sendero plantado en sonrisas cuando hay desaliento
Esas manos invisibles que llegan cada día regalando hálito 
Y cuando las carcajadas explotan como semillas ante el sol
Viene un brote que anida por siempre en nuestro corazón
Y puedo decir que un amigo es un pedazo de Dios.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 2/12

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