miércoles, 3 de octubre de 2012

LA PAZ


Esa paloma blanca que hondea
la mirada càlida tomando unas manos
el paso tranquilo por cualquier esquina

la brisa de nuevo azotando cabelleras
una vez màs un beso, una caricia...

Una cascada transparente...
mi desnudo cuerpo bañado del rocìo de la mañana
donde un nuevo toche busca del sol sus alas,
y un sinsonte de la cima de un àrbol su morada.

La casita de madera desteñida pero sembrada de rosas
donde un colibrì se enciende a besos con las flores
y se mueren de amor las golondrinas.

Tu boca en la mìa, un beso antes del ocaso
viendo aparecer en el cielo la primer estrella
cuando la luna bañada de suspiros nos observe
y se vuelve lento el caminar... tranquilo, apacible.

Què lejana nos parece a ratos, como inalcanzable
y las penas ahondan las heridas de carmines
donde las rocas del desamor golpean fuertemente,
se abate la vida en medio de senderos de odio,
y caen los niños, mueren los pies y las manos
arrancados inmisericordes por los sembradores de odio.

La busco en cualquier esquina y parece fugitiva...
marchò con los pies heridos dejando un huerto vacìo
encendida en llamaradas parece haber huìdo
de aquèllos que se empeñan en sembrar espinos.

Dame la paz con una oraciòn
la tibieza de un pan con un vaso de leche
las sonrisas en medio de carrangas y boleros
y mis brazos sin heridas, enredados en tu cuello.

Raquel Rueda Bohòrquez
Barranquilla, octubre 3/12

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