Casa del poeta Julio Flòrez- Usiacurì-Atlàntico. Colecciòn Raquel Rueda B.
HABLANDO CON MI JEFE
Mi jefe es realmente mi pastor
Él conoce cada una de mis angustias
Mis afanes los toma y calma mi sed.
Cada día al levantarme
Sobre un inmenso árbol me cobijo
Su abrigo son las hojas de un roble
Donde mis ansias calmo y puedo trinar a mi antojo.
Desde aquí me adueño de la majestad de cada paisaje
Ha pintado mis plumas con gracia y hermosura
Se deleitan los pintores con la belleza de su obra
Y tratan de copiar con un pincel, lo que él hace con sus ojos.
Mi jefe me tiene conmovida un día más…
Decidió que nadie lanzaría una roca sobre mi pequeño cuerpo
Que él estaría ahí una para protegerme
Al cobijo de un cielo azul donde me distraería
Y con el frescor de la lluvia de sus ojos
Que aliviaría mi sed diaria, de lo que aún no comprendo.
Temo a la sombra oscura pero él la diluye
Me oculto de la maldad pero él muestra sus rostros
Suplico por mi vida y me entrega la suya
Doblo las rodillas y él me abraza.
Ciertamente su mano prodigiosa me bendice cada día
Hoy las flores de mi roble me invitan una oración
Un dolor que habita conmigo ya no me importa
Una tristeza de ayer se ha esfumado
Y una vez más, sin miedo… extiendo las alas
Entregada a la luz del sol.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 21/12
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