Fotografìa mi hija Marly Carolina-Alemania.
Busquè tu cuerpo en la penumbra
Cuando mi jardìn tenìa todos sus olores
Las ansias que se consumìan en silencio
Al pasar el tiempo junto a mis rabias.
Tomè tu piel en la mìa al cerrar los ojos
Tu boca era el manantial donde soñaba
Ese cuerpo como espiga para amasar
Donde se acariciaba la harina y se enriquecìa el alma.
Bajè por cerros imponentes…
Dos flores sobre tu pecho sembradas de besos
Un nido donde penetrò toda la miel que llenò de vida mi vientre
Y poco a poco… se agigantò un gorriòn que trinaba
Brotando una cascada sobre sus tiernos labios.
Ahora te veo ahì… còmo tallas en mi casa aquèllo olvidado
Buscas la oscuridad para regalar un beso perdido
Sacas del fondo de mis rejas en abandono, un poco de belleza
Y mueres de a poco, como buscando en mis renovados pechos
Aquèllo que dejaste al descuido.
Dèjame de nuevo un jarròn lleno de tulipanes
Un trovador que asome una vez màs a mi ventana
Recordarè los pasos presurosos que me llevaban a tu alcoba
Para disfrutar un tango entre dos, o una ranchera.
No importa amor mìo…
El tiempo que marchò nadie lo recupera
Pero agradeceremos tomados de la mano por un nuevo dìa,
Tomaremos tinto con el vecino, que sòlo nos observa con una raìda sonrisa
Donde los dientes se esfumaron, dejando una lìnea en sus labios
Que denota algo de tristeza.
Vàlido es recordar, pero siempre mirando a los ojos
No habrà hipocresías, ellas tendràn que marchar
Una luz violeta aparece dìa a dìa recordando consejos
Sus palabras quedaràn guardadas en mi pecho
Cuando aprendamos que vivir la vida es simple
Dejando de lado el orgullo viendo retornar la primavera.
Raquel Rueda Bohòrquez
Barranquilla, agosto 10/12
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