
Margareth, la perrita callejera que todos amábamos, con algo especial, su mirada, su nobleza todo en ella era amor, la bautizó mi sobrino antes de morir y a pocos días de su trágica muerte, también un carro abusivo la arrolló en vía 40 mientras seguía el juego de una niña, la madre irresponsable no hizo lo que siempre todos hacíamos, regañarle para que regresara a la cuadra donde era nuestra consentida. Mi sobrino el 3 de mayo/12, ella el 17 de junio/12.
MARGARETH
Ojitos de miel y rostro de niña
Vigilante diario de nuestros pasos…
Quién te dejó ahí para que robaras nuestros cariños
¿Sin dar un asilo válido a tu divina existencia?
No hay excusa, más no faltó quién te quisiera…
Tus ladridos ausentes parecieran no decir nada
Más cuando por ahí pasabas
Sólo podrías inspirar de tus ojos nuestro amor.
El cemento espera…
Los niños corren aprisa tras tus amores
Los ancianos que tanto espacio tenían, no te cobijaron
Y yo… con un sentimiento de culpa te extraño.
Y ya no estás… al despedirte de mí al cruzar la calle
Al correr tras alguien más que no te ahuyentó del peligro
Tú la niña de ojos como la miel te marchas
Y de nadie recibirás ni una flor… ni un guiño.
¿Qué no duele tu partida?
Diste más que muchos que se creen mejores
Tu corta vida llena de marchas y regresos
Tras el viento… tras los niños… tras los malvados
Cerca a mi ventana donde vigilabas pasos nocturnos
Y ya hoy… qué rara es la vida…
También las llantas asesinas te cobraron…
Si… te cobraron el derecho a vivir
Esa no era tu vía…
Una estrella más…
¿Acaso a alguien le importa?
Más muchos te extrañamos… muchos te lloramos también
Pues a pesar de parecer que no eras nada…
Mis ojos de miel… me quedé sin tu sincero cariño
Y esas caricias y besos, y esos saltos de alegría que sólo entregabas
Sin esperar nada… sólo un poco de un amor hurtado
Donde tus pasos te llevaran… donde ahuyentaras al amigo de lo ajeno,
O pudieras corretear jugando como un niño.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 18/12
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