SOBRE LAS RAMAS
Quiero un beso tuyo que huela a montaña
con sabor a durazno maduro
la esencia del verdadero amor entre las ramas
dejando en mi corazón el zumo de tu boca.
Muerde mis labios y con tu ánimo dame fuego
es fría la tarde, mi piel muere en silencio
entrégate con la dulzura de una madre
llévame a navegar sobre las esmeraldas de la tarde
arrinconada sobre tu pecho que huele a pino tierno.
Me vencen tus arrullos como cascabeles...
esa mirada tuya como la oscuridad de la noche
esas manos de seda que me arruchan y consienten
hasta dormir plácido sobre tu vientre.
Divisemos los dos un nuevo amanecer
propicio es el tiempo para amarnos
de mi madre un diamante de su corazón
y del cielo el fuego de los atardeceres
que la brisa insolente atrapa
para soñar con la luna que se vence
añorando un beso del sol bañado de estrellas.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 27/12
Quiero un beso tuyo que huela a montaña
con sabor a durazno maduro
la esencia del verdadero amor entre las ramas
dejando en mi corazón el zumo de tu boca.
Muerde mis labios y con tu ánimo dame fuego
es fría la tarde, mi piel muere en silencio
entrégate con la dulzura de una madre
llévame a navegar sobre las esmeraldas de la tarde
arrinconada sobre tu pecho que huele a pino tierno.
Me vencen tus arrullos como cascabeles...
esa mirada tuya como la oscuridad de la noche
esas manos de seda que me arruchan y consienten
hasta dormir plácido sobre tu vientre.
Divisemos los dos un nuevo amanecer
propicio es el tiempo para amarnos
de mi madre un diamante de su corazón
y del cielo el fuego de los atardeceres
que la brisa insolente atrapa
para soñar con la luna que se vence
añorando un beso del sol bañado de estrellas.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 27/12
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