MAÑANA…
Éste
hoy que fue ayer y que también fue mañana… esperando una respuesta a tantas
preguntas, hoy deseamos vivirlo y aceptar, disfrutar cada segundo pero no es
posible, tal vez si esperamos a mañana… yo prefiero hacerlo para tratar de enredar a mi Jefe, él sabe cuál será
nuestro día y nuestra hora.
En mi juventud solía decir que no me
preocuparía por pensar en la muerte, pues Dios tenía un enorme libro blanco en
donde estaba escrita la historia de cada uno, y nuestro día no sería cambiado,
ahí estaba señalado desde el momento de nuestro nacimiento; pero a veces creemos que todo es una gran
mentira, y es el hombre el responsable de tantas muertes en el mundo, ahí no
tiene que ver Dios, él no quiere nuestros sacrificios ni enfermedades ni dolor;
ayer marchó mi sobrino amado, tan bello y radiante, tan lleno de vida y
felicidad, de una manera absurda por la imprudencia de un conductor , y así a
diario vemos tantas muertes por culpa de los hombres, y queremos culpar a Dios
de todas nuestras desgracias.
Hoy
mi madre sufre una terrible enfermedad y tal vez si no hacen ese examen que
dejó su pecho negro y dolorido, nunca nos enteramos, es aquí donde me pregunto
¿en dónde estás Dios?, por qué las personas más buenas son las que más sufren y
a los malos pareciera que todo les sale
bien, nos rompemos la cabeza haciendo preguntas, pero nadie nos responderá; quedando
nuestro corazón con esa sensación de vacío y nostalgia. Si no hubiera ido a
trabajar, si alguien hubiese llegado más temprano, si hoy no hubiera hecho ese
cruce cuando siempre iba por otro lado;
pero nadie nos devolverá la vida, al menos aquí en la tierra y es entonces
cuando al no encontrar respuesta nos arrodillamos y encontramos la salida única
posible en Jesucristo pues la fe es lo único que alienta nuestros corazones a
seguir; es aquí cuando me pareciera
escuchar a mi madre cada día y tal vez muchas ignoré sus oraciones, donde nos
damos cuenta que sin la fe en un Dios vivo no somos nada, y nadie por más
inteligencia, por más diplomas y honores aquí en la tierra, tiene la respuesta
que esperamos nos consuele ; sino sólo la fe en un mañana prometedor, es por
ésta razón que siempre esperaré a mañana, siempre lo manifiesto, no es mi hoy, pues hoy está un poco gris, hoy sufre mucha
gente enfermedades provocadas por la contaminación, virus que corroen y
destruyen, armas que se fabrican para matar seres vivos hombres, animales,
esperamos vida en abundancia pero nadie tiene vida en abundancia, ésta terminará
tal vez cuando estemos más felices y soñadores, volará en un segundo sin que
nuestras alas puedan levantar vuelo; sin que nuestros labios pronuncien un “te
quiero”, y ese agridulce sabor de desesperanza llega a nuestro corazón, pero la
férrea voluntad del hombre que no se desploma se levanta de nuevo y su mirada
observa el horizonte que se llena de aves
y una brisa fresca nos besa el rostro y el mar incansable besa los
acantilados con ese sol naciente que nos anuncia que habrá un fuerte aguacero y
que un poco más tarde ante nuestros ojos, un gran arco iris multicolor nos
muestra la grandeza de un Dios que nos consuela en silencio y es ahí cuando digo… mañana… si… mañana ya
no sufriré más.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 9/12
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