LA PUERTA
Lo sabías… así ha de ser esa puerta siempre abierta,
Así ha de ser el infinito donde sólo cánticos de mar se escuchen
Las rosas han de estar talladas y tu mirada sobre ellas,
Y las sombras no existirán, sólo esa estrella en tu camino
La que te anuncia que ya la cruzaste y no devolverás tus pasos.
Así blanca será tu alma… la quietud de tus mañanas envidio
Observarás sólo cascadas cristalinas y morir el ocaso
Y te reencontrarás con las estrellas cuando al anochecer te observe,
Y ese lucero azul será tu rostro besado de luna, anhelante de amaneceres.
Ya no pensarás en el mañana… lo tienes ahí frente a ti
Tus ojos claros tu estampa iluminada, nuestra eterna congoja
Allí cuando la plateada luna absorba todo lo que eres…
Celos sentiremos de ella, las alegrías marcharon a la misma hora
Una teñida de amaneceres y tú en el ocaso de tu frágil mirada.
Vamos como pordioseros de la vida,
Incierto caminar por éste pedregoso terreno
Vienen las fieras de furor vestidas
Nos roban todo… y con ello se entretienen.
Vaga golondrina de alas azules
Platinadas tus plumas bajo el azul cielo…
Busca a mi madre vestida de soles
Y dile, que por aquí no llega el consuelo.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 24/12
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