sábado, 26 de mayo de 2012

¿DIOS EXISTE?



¿DIOS EXISTE?

Muchos niegan la existencia de un Dios vivo; pero he visto a muchos que en el peligro lo invocan aún sin aceptarlo ante los demás, y en la angustia piden de rodillas sus favores; yo sólo me pregunto: ¿quién nos alienta día a día, y nos permite sonreír aunque tantas veces seamos humillados, aunque el ser humano se empeñe en derrotarnos, cuando la providencia en un segundo cambia nuestra historia?, ¿no es acaso ese Dios vivo el que nos permite suspirar?, en un segundo ya no seremos nada, ni aún ahora ¿qué somos?, pero la fe nos lleva a creer que no somos ese grano de arena que se pierde en el desierto, sino que soñamos con que nuestra vida, ese espíritu que nos alienta, que nos permite dar un paso adelante cada segundo, pueda volar sin este cuerpo que tantas veces nos impide ser felices y que sólo llena vientres insaciables.

¿Dios en dónde estará?, inventos o no, para mí él vive en cada uno de nosotros, en el espíritu y en el alma del planeta que nos empeñamos en herir cada segundo y su sangre se vierte como abono en sus terrenos.

¡Ahí estás! Sobre la planicie inmensa de nuestro pensamiento que nos lleva a mantener la fe viva en ti, sin importar las heridas que recibamos, no culpamos a un creador de nuestros males, somos nosotros mismos quienes los infringimos, ¿o quién envió al hombre a crear tantas cosas en pro sólo del dinero?, más feliz sería en una blanca montaña, entibiada con la oscuridad de una cueva y arropada con el abrigo de la selva, pero ahora, estamos tan llenos de cosas, que vivir se ha vuelto una complicación, y morir un gran negocio para los buitres que se pasean detrás de nuestras vestiduras.

Dios existe, no lo dejamos actuar, nos permitimos avanzar buscando cosas, pero a Él, como ayer, lo crucificamos a diario, ¡qué pena, mi guayuco cuánto lo deseo!, mi libertad cuánto la añoro, ¿la mirada sobre los árboles llenos de frutos jugosos en dónde ha quedado?, qué injustos somos a ratos, la desgracia del hombre no viene de Dios, sino de nuestra ambición… nada más.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 23/12

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