Puerto Colombia- Ocaso/12 RRB
COMO LAS PALMERAS L3R
Qué egoísta soy… ha vuelto ese extraño calor
El que se aviva sin fuego, y sólo una respuesta enciende.
Hoy sentí que las cenizas se las lleva el viento,
Que el recuerdo permanece por siempre
Y de nuevo me envuelve el color canela de tu piel
Y pienso en esos ojos que su brillo me enloquece.
Centímetro a centímetro te imagino…
Si… ¿quién me dice que no?... porqué a mis años aún existo
Y otros que aún con menos parecieran muertos vivos,
Pero la ardiente llanura quema mis pies y salto y brinco
Y los sueños de tu amor llegan.
Las palmeras las divisé hoy en fila… en espera de algo
Siempre erguidas y arrogantes y quise dejar una historia para ellas
Pero me arrepentí, y preferí comparar sus ramas con tus brazos
Y ese cuerpo sin talle con el tuyo,
y ese color gris se convirtió en fragante aroma.
Apagué todas las luces y cerré los ojos…
La humedad de tu boca me provocó un suspiro
Pero desperté con un sabor agridulce…
La almohada se inflamó de nuevo y recuperó su figura
Y un suave gemido de sus ramas me recordó que solo soñaba.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 21/12
Qué egoísta soy… ha vuelto ese extraño calor
El que se aviva sin fuego, y sólo una respuesta enciende.
Hoy sentí que las cenizas se las lleva el viento,
Que el recuerdo permanece por siempre
Y de nuevo me envuelve el color canela de tu piel
Y pienso en esos ojos que su brillo me enloquece.
Centímetro a centímetro te imagino…
Si… ¿quién me dice que no?... porqué a mis años aún existo
Y otros que aún con menos parecieran muertos vivos,
Pero la ardiente llanura quema mis pies y salto y brinco
Y los sueños de tu amor llegan.
Las palmeras las divisé hoy en fila… en espera de algo
Siempre erguidas y arrogantes y quise dejar una historia para ellas
Pero me arrepentí, y preferí comparar sus ramas con tus brazos
Y ese cuerpo sin talle con el tuyo,
y ese color gris se convirtió en fragante aroma.
Apagué todas las luces y cerré los ojos…
La humedad de tu boca me provocó un suspiro
Pero desperté con un sabor agridulce…
La almohada se inflamó de nuevo y recuperó su figura
Y un suave gemido de sus ramas me recordó que solo soñaba.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 21/12
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