martes, 22 de mayo de 2012

ESPÍRITU SANTO


ESPÍRITU SANTO

Alguien me invita a recibir el Espíritu Santo…
Pero hoy, especialmente extrañando 
de sus manos ajadas, el rosario,
me parece que marchó con ella, 
dejando en mi vida sólo un escapulario.

¡Qué raro sentimiento!… 
Hoy todos marcharon,
cada quien mira su camino 
sin importar el indicado.

Viajeros de sombras 
que huyen de las propias.
Navegantes en ríos 
que perdieron su caudal
así, poco a poco 
nos perdemos unos de otros.

¿Pero acaso importa?... 
Ya no interesan esas compañías
No importa si la brisa de mañana, es perfumada;
si el águila vuela con sus extendidas alas 
mientras practica con sus garras,
y sus ojos divisan a lo lejos 
una vida que se aleja veloz,
pero su fuego la enciende.
Baja como espada y en picada lo penetra
robando con fiereza su vida 
mientras trataba de dar un salto…

Hoy no quiero rezar, 
no quiero orar…
No me apetece ver gritar y gemir, 
mañana todo volverá a la normalidad
todo será silencio de nuevo, 
gruñir otra vez sobre la oscura cañada
mientras la paloma ausente y triste, 
canta suave… quedo… su último llanto
y deja solitario el nido 
en el que alguna vez también fue abrigada.

¿Quién escucha la oración?
A ratos deseo pelear con Él
pero me callo lo que siento, 
no quiero hacer reclamos públicos.

Advierto que una mirada silenciosa se repite,
y el canto del ventilador una vez más me refresca.

Desde el interior, un reclamo de mis ojos te busca
y un dolor agudo en el pecho te encuentra
vestido de auroras, 
mientras recojo una blanca pluma
que al descuido quedó sobre la cornisa 
olvidada en mi ventana.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 21/12

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