viernes, 13 de abril de 2012

RANITA PERDIÓ SU NORTE


RANITA PERDIÓ SU NORTE

Su pasión era escribir, pero últimamente ya había perdido hasta el deseo de hacerlo, sabía que lo que hacía era como dejar un pedazo de su propio lago vacío en cualquier sitio, todos tenían sus propios cuentos, sus enredaderas de colores y sus cardos espinosos y ella era muy necia con sus historias repetidas, hoy se había dado cuenta que tenía un saco sin fondo, que por más que luchara, nunca lo llenaría, y era ese vacío de nuevo donde presentía que no debería permanecer más en un lago sucio donde ni sus flores tendrían oportunidad de brillar y florecer.

Decidió que compraría lotería, pues ahí aunque no lo crean, también ellas tenían sus propios juegos de ganar y perder y a ella le encantaba éste juego, donde el dinero hoy día es parte importante para sobrevivir y el que diga lo contrario es porque está cómodo, porque tiene trabajo, oportunidades y alguno de sus sueños se ha cumplido, casi siempre quien está apoltronado contando su dinero es quien más consejos da.

Deje de quejarse tanto Ranita bullera le decían a mi amiga, trate de hacer otra cosa, envenene todos esos perros que cuidan tu lago, salga de todo lo que le estorbe, viaje, disfrute, goce de la vida, no todo es dinero, no piense tanto en él… pero quién carajos no piensa en el dinero si es con lo que compramos hasta la felicidad que pareciera girar en torno a lo que puedas conseguir con él; estudio, viajes, vestido, alimentos, quién puede ahora vivir sin el dinero?... tal vez los zánganos que se posan en las esquinas pidiendo para comprar, pero Ranita no es un zángano ni un renacuajo siquiera, ella lucha a diario por conseguir algo, por ahorrar para un viaje añorado que quiere hacer o para pagar las deudas que tiene, pero siempre alguien le encuentra sus cosas y se las saquea, pareciera vivir con el enemigo con alguien que quiere pisotearla, arruinar su existencia y sin herramientas, sin armas para luchar se propone a saltar hacia el lago vecino donde ha escuchado croar muchas ranitas diferentes y donde ve que sus posibilidades pueden ser otras, yo siempre la aliento, soy su mejor amiga y confidente, le digo que siga soñando, que siga creyendo en el mañana, que levante el rostro y salte siempre con ese carita hermosa siempre alegre, con esos colores divinos que la naturaleza dotó su graciosa imagen, que siga salto a salto por entre los perfumados lotos… ese colibrí extenderá sus alas creyendo que es una hermosa flor , y entre los dos construirán nuevos sueños en otro huerto, o en otro lago, o en otro sueño dentro de los propios.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 9/12

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