HABLANDO CON LA LUNA
Vuelve la demencia
Como las gaviotas al cielo,
Donde se anuncia
Que no habrá olvido.
Que no habrá olvido.
Y la luna, callada, bella,
Moradora de silencios,
Alcahuete de fantasías;
Sólo observa, muda...
Se dibuja en el mar,
Canta entre las cascadas;
Se mece con las nubes,
Mientras un lucero viajero
Anuncia que no estás.
Vuelve mi corazón a suspirar,
La roca se funde…
Un huracán de brisa y fuego,
Mi boca sedienta de ti,
Mis brazos, hiedra que te absorbe,
Y enmudecida, pido un deseo.
Amaneció de nuevo,
Aquí estoy un día más,
Un mañana deseado;
Una lágrima tímida
Copiando de mi corazón el sentimiento,
Y mis dedos agitados
Tocando un blanco lienzo
Donde no habitas.
He dicho: ¡basta!
¡Ya no más!, no recordaré pechos ardientes…
Sólo sueños de navegante de espuma
Pensamientos en naves de cristal,
Y me desvanezco entre aguas dulces,
Y ella, la silenciosa que escucha mis lamentos
Aparece de nuevo sobre un globo dorado.
De nuevo olvido las promesas.
No te olvido... No olvido tus besos.
La hamaca de rayitas regresa,
Regresa el furor de juventud
Y una oración nueva brota
Mientras pasa otro lucero.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 28/12
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