Como tímida golondrina espero un nuevo viaje
Aquél donde no habrá retorno…
Iré sobre los azules que indiquen mis ojos
Con el esplendor de mis alas abiertas a mi libertad,
Como un ópalo al viento mecido por la voluntad
Y allí al terminar el anunciado viaje
Ya no emitiré un quejido más.
Déjame robar una última mirada a éste espacio
Donde pareciera que el amor hizo sangrar la oda
Y el pensamiento se torna doloroso…
Sólo pareciera que la indiferencia llenara éste planeta
Y el verdor se extinguiera entre lúgubres marrones.
Quiero desde aquí… una estancia ajena a tu sentir
Divisar palomas blancas, ver ese oasis que se extiende
Desde donde nace el sol, hasta donde muere el mar
Casi insondable, interminable, donde se dibuja un arco iris
Y se mece una hamaca que será eterna;
Y los poetas inventan cada vez una historia nueva
Para compensar ausencias y acompañar su propia soledad.
Hoy una nueva estación se anuncia…
Segura estoy que la magia de mi existir me hará levantar vuelo
Llegaré a esos enormes cerros donde mi presencia no será placentera…
Gran rocío se riega desde un gran tanque de metal
Y poco a poco… con el perfume que extingue mi presencia
Ya no estaré aquí… de nuevo ganaron la batalla los depredadores
Y allí en silencio… arremolinados los negros goleros,
Se hartan de la carne putrefacta… sin saber que ya se marcó su destino
Y mañana no tendrán quién los devore.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 3/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario