martes, 7 de febrero de 2012

VISITANDO LA BARCA DE PAPEL

VISITANDO LA BARCA DE PAPEL

Vine de visita a la barca...
Allí a lo lejos dejé mi maravilloso oasis
Quedó la palmera como queriendo tocar el mar
Sus grandes hojas se mecían con la brisa
Y daba ese maravilloso toque a mi ambiente.

Recordé que debía ir a donde mis amigos
No podía olvidar que ellos me habían regalado un espacio;
En aquélla nave de papel treparía
Aún podía así tuviera una sola pierna.

Con mi gancho me aferré al primer tronco del camino
Vogué en el silencio de la noche pues mi marinero era celoso
Me escondí en el camarote donde se encontraban los amantes
Y allí estaba... El lucero azul penetró por un pequeño óvalo
Pude observar que aún en la oscuridad su belleza era su estampa,
Tan dorada, como si el sol se hubiese ensañado en él
Como un delicioso bocado servido a mis ojos...

Recordé que debía respetar a mi marinero...
¿Habría otro como él?... Que me aceptó con todos mis defectos
Que encontró en mi cuerpo no sólo su espacio para navegar
Sino para recrear las estrellas y para encontrar en la luna,
Todos los sueños que imaginaba y que los cumplió conmigo.

Cerré los ojos de nuevo, me gusta hacerlo...
Me lancé al mar para refrescarme y así como llegué
Marché con el silencio de la noche...
Mientras la luna se pintaba clara iluminando mi camino
Y desechando los perversos pensamientos que me trajeron
A éste hermoso barco donde alguna vez soñé.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 6/12

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