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No puedo dormir... Me desvela ese mástil de madera
Esos ojos que parecieran llorar lágrimas de fuego…
Me desvela la incomprensión tan de mañana
El obrero que se lanza a la calle sin motivo alguno...
Puedo decir que mi falta de sueño es porque estoy conmovida...
De esos labios tuyos tan bellos... Tan ajenos...
De ese cuerpo tuyo... Tan de ella... Tan lejano al mío...
Esos versos tuyos tan para la luna... Para una puta hamaca
Que se queda dormida meciéndose en el mar...
Me conmueve la noche silenciosa... ¡no puedo dormir!
Me desvelan los ojos que se blanquearon ayer en la mañana
El chico de las monedas... Sus asesinos de miradas brillantes
Me conmueven los ataúdes comprados a la fuerza
Arrebatándole a la vida su derecho de sonreír...
¿Qué pasará conmigo que me desvelo tanto?
¿Quién vendrá en la noche y me consolará?
¡Qué palabras sucias que de mí inventaron!
Sólo mástil de cielo que descansas en la vereda de mis tristezas...
Sólo tú... ¿Me animarás?
¿Qué sucede por Dios que me desvela la luna y sus luceros?
Sólo en el día... Cuando al lado de mi madre me presiento...
Sobre esa silla vieja de tejido rojo...
Me arrullo con mis propios brazos... Mientras ella...
Me entretiene con sus pepitas de cuentas negras...
¿Por qué estaré tan conmovida?
Será por las niñas de los ojos índigos
A quiénes su pudor robaron a la fuerza…
¿O será por mí... Por aquél oculto secreto de mi niñez
Orinada en mi cama... Con un susto que no me permitía gritar
Y con unas gotas de rocío que nadie veía caer?
Tal vez lo esté por las chicas que rociaron de ácido...
Sí... Ha de ser por ellas... A quienes robaron su belleza
La maldad, la envidia, el desorden en la mente del hombre
Yo no puedo creer que hoy me sienta así por nada... No lo sé...
Llego a creer que me conmueven los luceros... Si... Es por eso...
Esos luceros que se volvieron blancas amapolas...
Esas voces que callaron antes de la hora...
Esas ancianas que han recibido los despojos de sus hijos
Que se convirtieron en leños muertos cobijados en la selva...
No sé... Yo no sé qué carajos me conmueve a mí...
¡Qué no puedo dormir!
Raquel Rueda Bohórquez- Blla.2.02.12.
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