viernes, 3 de febrero de 2012

INQUIETUDES

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Me levanté a la madrugada, puedo decir que me sonrojé
Me puse tan colorada al mirar en el patio el limonero…
Trinaban allí papayeros y compartían con el mirlo de paticas doradas,
Llegó un colibrí veloz como éstos suspiros míos,
Tomó de esa miel tan dulce tan blanca que me hizo soñar.

Hoy al mirar de nuevo por la pequeña ventana abierta al cielo
Sentí que mi corazón se renovaba... Me miré al espejo...
Le sonreí a esa persona que me detallaba
La consentí con una gran sonrisa y le dije: ¡Me amo!

Creo que hoy estoy sensible a todo...
Me gustó la fuente que me regaló mi compadre Benjamín,
Y sentí emoción al verla envuelta en un poema
Ese poema de Rafael, tan lleno de nostalgias,
Lánguido de pesar que finalmente las cristalinas aguas
Llenaron también sus párpados que enjugué con un pañuelo de cristal.

Escuché ese trino bello de mis papayeros...
Aquéllos que alguna vez dejé en libertad
Yo siento que son ellos, por aquí no había
Han llegado con sus crías y pretenden agradecer.

Sólo pensar, sólo imaginar que mañana ya no estaré
Ésta es una permanente inquietud...
A veces digo que algo falló...

Quiero ser como esa roca fuerte que el oleaje no rompe
Quiero que mi corazón penetre en ese fondo áspero
Y permanecer ahí... Siempre viva como una flor del campo,
Sin imaginar que mañana llenarán ese cajón de árboles muertos
Para cubrir sólo unos despojos que tendrán ese olor a carne putrefacta.

Qué inquietudes me azotan cada mañana... ¡es falta de oficio¡
¡jajajaja!... Que trabajen los bueyes y entreguen buenas cuentas
Porque yo... Adoro mi trabajo, y quiero seguir sonriendo
Aunque a veces las lágrimas asomen y aunque no aparezcas nunca
Sobre mi gris ventana.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 2/12

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