EL RELOJ DEL TIEMPO
Como mariposa que pronto marchará…
Quiero tomar tu divina esencia,
Como colibrí que busca esa perla escondida
Penetrando como esmeralda al viento
Como abanico que nunca detiene sus alas…
Así te quiero yo…
Anhelo tomar esa esencia tuya
La que intuyo en cada segundo, la que adivino
Quebrará mis alas en un mínimo instante
De ese reloj del tiempo que nunca detiene su marcha.
Quiero como el gorrión…
Trinar antes del amanecer sobre un gran árbol
Tomar esa fruta apetecida, dulzona y jugosa
Y saciarme con sus ricuras…
Deseo ser la ardilla juguetona
Que siempre guarda algo pensando en un mañana,
Que angustiada y veloz le roba al tiempo sus segundos
Ahorradora siempre de nueces para más tarde
Con ese entrañable deseo de ahorrar para su vida.
Así… aprisa… alimentar mi esperanza
Con esa velocidad de rayo que pareciera no contar
Ese reloj de arena de nuestra vida que no se detiene…
Quisiera correr, apresurar el paso siempre…
Como quien desea alcanzar ese último minuto
Aplazarlo siempre para mañana…
¡Sí! Mañana… ese amanecer que todos anhelamos
¡Sin cerrar los ojos… sin ver ese túnel que nos aleja!
¡Que nos separa de todo lo que amamos!
No importa si no me dejan roer esa nuez que me pertenece
No interesa que mis sueños hayan sido vanos…
Me importa siempre esa aurora… el tiempo para hacer cosas
Para disfrutar los paisajes de cada segundo renovados.
Deseo correr… ¡sólo tú lo sabes luz violeta!… ¡correr siempre!
Apresurarme a detener ese reloj que marca nuestros pasos
Uno a uno… segundo a segundo…
Para contemplar una vez más… ese ocaso esperanzador
Que guardé para mañana…
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 12/12
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