YA TE OLVIDÉ (31)
Si estás ahí, me he negado a buscar lo imposible
he presentido mis tardes un tanto mustias
pero dentro de unos instantes, tal vez segundos,
el sol buscará un acertijo y se disfrazará de mil colores;
se aprovechará de las hadas vestidas de blanco
que se tiñen de azules y grises, viajando veloces
para colorear el mar de los enamorados
y endulzar los fresnos de sueños.
La gran palmera se mece nuevamente,
agacha su espigado tronco,
sus brazos parecen livianas cometas
que ni la tormenta más fuerte quiebra.
La brisa le acaricia
se escucha un cántico cada segundo...
Pareciera que su voz regalara a los enamorados
una sonata de amor entre sortijas de rocío
que se confunden con el arrogante oleaje
y se elevan ondulantes para entregarse a la arena al fin
entre repetidas y fuertes marejadas.
No importa si te has ido...
No me inspiran los luceros de tus ojos negros
ni tus manos que hoy despiertan sueños heridos.
No interesan las navajas que utilizas para sanar
ni las agujas que remiendan dejando cicatrices nuevas...
Ya te olvidé, estoy segura...
Marchó con las sonrisas y el canto de la lluvia
aquél amor que prisionera me tenía,
se elevó con la cometa de mis sueños
que parecían nunca envejecer.
Se tallaron en la roca fuerte mis tristezas
por lo vano y frágil de tu amor.
Alguien partió la historia de los dos
pues el tiempo es juguetón
como las hojas secas revueltas por el viento.
Barranquilla, enero 14/12
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