miércoles, 11 de enero de 2012

QUISIERA (45)

QUISIERA (45)


Quisiera decir: ¡lo siento! 
pero no,

¡no lo siento!
¡Qué pena!

No soporto las cadenas,
quiero ser libre junto  al viento 
y hacer lo que me dé la gana.

Mi pensamiento es libre...
¿Te molestan mis palabras?
Hay una solución: ¡No las leas!

¿Te molesto yo?... 
También a veces me desagradas.

Quisiera saber perdonar del todo, pero soy humana.
Mirar que estropean a otro y quedarme callada, pero no debo.

Quisiera, hermoso diamante sin tallar, 
hacerte con mis manos,
pero tu dureza necesita de un taladro fuerte y a la vez fino,
unas manos que se endurecieron trabajando para ver tu brillo
y unos ojos que saben descubrir cuánto vales, con solo mirarte.

Quisiera ser la esmeralda fina de mi tierra,
surcar los bosques que habitan en sus ojos,
sonreír siempre, pero hasta la sonrisa es vaga.

¡Quiero tanto, deseo tanto!
¡Pero todo es vano!

Quisiera elevar mi cometa,
 que marche a donde ella desee,
se descanse cual gaviota en el camino,
llegue después a tu alero y arme un nido
y al finalizar la tarde,
se extasíe con el canto de las olas.

Mi boca, no sólo para besar, 
pero se me antoja tu lengua en la mía,
mis ojos en los tuyos,

mi piel dentro de la tuya sin importar nada,
mis manos que se extiendan sobre ese oasis:
de piel canela quemando la mía
para convertirnos en un ardiente café.

¡Es más!..., recordé que no he tomado el primero del día,
iré por él mientras viene otro sueño, y otro...

Mientras observo en detalle los ojos de Verónica
que parecen un rayo de sol sobre los míos,
y espero a mi gordita que mañana llega de Alemania.


Barranquilla, enero 11/12

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