PENSAMIENTOS DE ÁGUILA (14)
Descansada sobre una gran roca
Se encontraba Águila blanca de verdosos ojos.
El ambiente pesado se veía a lo lejos,
Los gritos de los buitres devorando pieles
En un agitado vaivén entre las olas.
Advertía de nuevo muy de mañana,
Que la vida es una joya de colores fuertes
Mientras la muerte... ¡Es sólo la muerte!
Adornada de vestido blanco, o de un traje negro,
Que en segundos o en instantes apesta.
Avistó siempre las miradas,
El encanto bello de las primaveras;
El canto de las aves que arrulladoras se entregan
Sin pensar en el mañana,
Ni soñar en vanidades,
Ni soñar en vanidades,
Y sus trajes adornados con las mejores galas
Se agitan veloces por el inmenso cielo.
Advierte antes del ocaso
Que su aliento es renovado
Que su aliento es renovado
Sus plumas más ligeras...
Pensamientos le agitan aún en las noches
Despierta espantada... ¡Quiere dormir!, /más no puede.
Desea días que nunca terminen...
Le agitan las olas, le acobardan las piernas;
Tiemblan sus labios al imaginar un beso tuyo.
Palpitan cascabeles en su corazón,
Mariposas en su vientre, el rubor en su rostro,
El tibio sentimiento de amar, siempre amar,
Y descubrir cada instante unos ojos
Que no sean ajenos...
Que no sean ajenos...
De nuevo desea levantar vuelo,
Escucha el agudo llamado de otros versos,
Se remonta al cielo en otro intento.
¡Qué hermoso es volar!...
Qué divino el pensamiento que siempre te eleva.
He de buscarte amor mío en tu morichal
Aunque parezcas foráneo,
Y tus quebradizas alas
Y tus quebradizas alas
No adviertan, muy de mañana,
Que te esperé siempre en mi eterno vuelo
Para decirte de nuevo: "te quiero".
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 25/12
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