lunes, 9 de enero de 2012

LA SEÑORA LIGIA (60)

LA SEÑORA LIGIA (60)

Temprano levanté la pierna hinchada:
¿Quién dijo que el dolor acobarda?
La fuerza interior estaba ahí,
no entiendo porqué siempre el llanto,
el ahogo que te aprisiona sin saber la razón.


Aquí estoy viendo hacia el mar de Bea...
Un azul tan intenso y cálido diviso a lo lejos,
diminutas gaviotas discuten por un regalo,
y un enorme pájaro negro sin disimulo
acaba de golpe con la riña
y huye veloz con un premio que no era suyo.

Es la vida un camino incierto...
Tantas veces creemos merecer puestos de honor,
cuantas luchamos sin creer
que en el camino una diminuta roca nos hará caer.

Descubrimos que andábamos a ciegas,
 alguien espera algo más de ti,siempre algo más,
pero a pesar de la fuerza que anhelas,
te quiebras nuevamente y el dolor te parte.

¿Qué valiente puede izar banderas si está caído?
Los he visto, se arrastran mirando al cielo,
se levantan en su último instante y gritan
entregando su último aliento al Creador.

¿Pero quien imagina que nuestra lucha 
pareciera no tener sentido
si tu misión aún no entiendes?

Quiero descubrir la mía...
Hay un nuevo amanecer para mí, 
mientras otros se van en su primavera
cuando elevaban una oración al cielo
con niños agarrados a su falda.

No hubo momentos para despedidas...
Una gran muchedumbre le acompaña.

No quiero ir a velorios, no me gustan los muertos, 
no me agradan las miradas frías.

Amo el brillo del atardecer que la aguarda,
imagino que ya llegó a su casa.

Una hermosa gaviota blanca la esperaba,
anunció que otro día regresará por mí.

Barranquilla, enero 9/12

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