NIEVES (4)
Cuando me cerquen las nieves
y los sueños se pinten de blanco;
miraré hacia mi perdido oasis
y encontraré entre la tundra helada,
un rincón donde me posaré en tu espera.
Anidaré a pesar de los temblores,
con las ásperas corrientes que me cercan
y entre un tronco yerto esconderé mi nido...
Si regresas amado mío
al encuentro de mis alas mustias,
verás que sobre mi corazón herido
hallarás de nuevo tu calor intenso,
aquél que me abrigó en tu ausencia,
se posó sobre mi pico y me animó a trinar
calentando con mis alas la mies que plantaste
en esa tibia tarde que te alejó un invierno...
Y si al amanecerse deshielan los polos
y aún tibia me encuentras...,
y aún tibia me encuentras...,
¡ven cariño mío con tus plumas de colores,
entre los dos abrigaremos los candores
que penetrados en recóndito espacio
nos llaman con llanto lisonjero,
pidiendo de nuestro amor los besos
y los saltamontes congelados en los cristales!
Más no te alejes en helados momentos...
Entre los dos, ocultos en los aposentos,
levantaremos de nuevo una camada,
que volará a la par hacia el cielo inmenso
que se vislumbra blanco y puro,
y que en el deshielo nos mostrará las flores
que murieron tras intenso frío,
para renacer con un paisaje primoroso,
adornado con un arco iris de colores
en medio del radiante sol,
y un aroma que nos unirá por siempre.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 23/11
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