JOHAN STEVEN (9)
Mi gemido fue angustioso,
un grito en el silencio de la selva...
un grito en el silencio de la selva...
Observé la gran luz que se perdía en el infinito,
mientras la incertidumbre cesaba
en una navidad que nunca olvidaría...
en una navidad que nunca olvidaría...
Allí, humillado, ultrajado...,
amarrado como una bestia
vivió largos 12 años de sufrimiento.
Fue triste la espera para un fin de año anunciado
amarrado como una bestia
vivió largos 12 años de sufrimiento.
Fue triste la espera para un fin de año anunciado
donde la barca de la indiferencia
se hundió lentamente.
se hundió lentamente.
Alcancé a contemplar el enorme roble,
donde tus ojos a la distancia me veían...
donde tus ojos a la distancia me veían...
Escuché volar a las aves
y tomar las bayas del árbol donde estabas,
pero aquel inhóspito y bello bosque
fue tu vivienda y también tu sepultura.
y tomar las bayas del árbol donde estabas,
pero aquel inhóspito y bello bosque
fue tu vivienda y también tu sepultura.
Deshojé tantas margaritas
que acabé con mi jardín,
y siempre quedaba un último pétalo
donde aparecía el sí...
que acabé con mi jardín,
y siempre quedaba un último pétalo
donde aparecía el sí...
Pero en el dorado sentimiento
quedaba sólo aquél hilo invisible
que no comprendía,
y te separaba nuevamente de mi lado.
quedaba sólo aquél hilo invisible
que no comprendía,
y te separaba nuevamente de mi lado.
Escondí mis manos y tapé mi rostro
como aquél día cuando al nacer no te veía
como aquél día cuando al nacer no te veía
y mis años, con la incertidumbre
y el anhelo de verte padre mío... ¡tan solo de tocarte!
y el anhelo de verte padre mío... ¡tan solo de tocarte!
cual a una hermosa flor de un solo día
jamás pudo ser el sueño
que de rodillas a Dios imploré.
jamás pudo ser el sueño
que de rodillas a Dios imploré.
Dije todas las oraciones que nacieron de mi corazón:
Esta navidad al fin te encontraría,
estaría contigo y con mi madre,
estaría contigo y con mi madre,
fueron largos 12 años de agonía
donde una cruz llevabas
donde una cruz llevabas
y las cadenas nunca reventaron
más una daga fría partió mi vida en dos.
más una daga fría partió mi vida en dos.
Creo que al fin, tesoro mío,
has encontrado la libertad,
has encontrado la libertad,
y tus ojos descubrieron la luz de otro día,
pues allí, eres la rosada estrella que miro desde aquí
para comprender que el azar jugó la última carta
con una bala a tu espalda
y una daga eterna en mi corazón.
y una daga eterna en mi corazón.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 27/11
Es sólo un pequeño detalle para éste niño que ha sufrido tanto y a quien vimos nacer todos, son sólo unas sencillas palabras para decir "lo siento corazón, no era éste el final que esperábamos y es una navidad muy triste para todos los Colombianos".
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