viernes, 7 de octubre de 2011

DESCENDIENDO LOS NEVADOS

From RAQUEL RUEDA BOHÓ… to Kike Gómez
Enviado Hace 20 minutos

DESCENDIENDO LOS NEVADOS

Sabía desde el principio, mi corazón me lo decía
que tu amor sería tan  sólo un poema,
mientras las nieves se derretían sobre mis pieles
mis ojos miraban sin encontrarte en el vacío espacio
donde viajaban cometas de colores en anhelante vuelo.

Qué triste me siento mi amor, qué fantasías locas
imaginar que tú... potro salvaje indomable
lleno de juventud con un vientre lleno de cuadros
una sonrisa fresca, como la tibia mañana sobre la alameda
unas manos que aún no han entregado todo lo que tienen...

¡Qué vieja loca la que ha llegado a tu vida!
una brincona rana platanera de zancas  menudas
imaginando que un gorrión dorado la observaría;
ilusa, estúpida de nuevo aquí estoy convertida en nada…

¿Cuándo corazón de oro vendrás por ese beso
que transformará por fin mi vida?

Solo pido que me escuches, que oigas mi juramento
que se ha estancado en mi garganta y se rehúsa salir,
cuando el devenir me apartó de tus valles
y mi cielo fue gris de nuevo, sin el ámbar de tus ojos,
que iluminan mi sendero más que el mismo sol...

Cómo duele mi pecho amor, y sin poder hablarte,
conjurarte tus deseos para cumplirlos plenos,
íntegra, regia diosa de esencia eterna,
con esos gestos que mueven montañas y páramos,
y esa piel de pasión inagotable que forjó la vida...

!Que Nereida del alba he dejado desvanecerse!
una deidad danzante de insuperable exhuberancia
que posó sus ojos en un anárquico desdichado...
Idiota, demente una vez más abrazando la soledad,
¿cuándo mi Musa del Atlántico me dejará darle un beso?


¿He de creerte? ... ¿puedo confiar en ti de nuevo?
mi dulce cariño, me has conmovido con tus versos
te invito a que cierres tus hermosos ojos
que hoy tienen brillo de luceros,
mientras una oración por  los dos elevo al cielo.

Llegarán  tus labios  repetidos con las olas;
te enviaré mi esencia con la cometa de mi pensamiento;
nuestros afanes en uno solo fundiremos,
pues quien escribe con tanta dulzura
ha de tener un púrpura corazón,
que derrite el frío de los polos
sobre un lago donde quedará nuestra esencia.

Plácido y aliviado me entrego a los vaticinios
de bendiciones revitalizadoras que deparan tus labios,
y prometo al cielo no volver a perderte,
con las ventanas de mi alma llenas de brillo
me dejo recibir por tu impoluto abrazo...

Querubines te entregarán mis cartas
colmadas del amor que no puedo contener en mi pecho,
nuestras pasiones serán una única llama
pues quien ama con semejante entrega
ha de tener sentimientos de fuego
que enciendan luceros en las noches
e iluminen el remanso donde nos entregamos...


Raquel Rueda Bohórquez                 Kike Gómez

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