sábado, 10 de septiembre de 2011

SOLEDAD (43)




SOLEDAD (43)

Palidez de luna clara se filtra por mi ventana,
blancas flores parecen mustia vida
que se teñirá de fuego ante tu mirada.

Amor mío, mis cánticos no terminan...
La melodía es la misma, no encuentro nuevas;
la dama de la noche, arrogante me besa
y nuevos cardos aparecen y lastiman.

Estoy de nuevo pensando en ti.
Eres el agua fresca que besa y acaricia
que camina conmigo por  tibios arenales.

Los ideales fueron esfumados con las olas,
son caracolas que no gimen ni  lloran
destrozadas por las rocas y sus filos.

Me cambió el rostro;
mi cabello se pinta de plata
y te busco a la distancia sin hallarte.

Los pétalos mueren y renacen 
y el horizonte sin fin sobre las playas
¡me parece tan lejano!...   ¡tan ausente sin ti!...

Me postro de nuevo y me abrazo...
¡Soledad, estás conmigo amiga!
Eres compañera eterna y dadivosa,  
flama quemando mis venas .

Estoy desnuda ante ti y las estrellas,
me entrego tibiamente a tal ausencia.
Acompáñame mientras hablo de astros
y sus besos pálidos me penetran 
como una seda que no lastima ni quema.

Entrégame las flores blancas de tus manos
mientras me abandono junto a los acantilados.

Enredaderas tibias me consumen lentamente,
cristales de mis ojos besan la hiedra,
se convierten en diamantes que se deslizan
entre las olas para ser como el mar.


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, septiembre 11/11

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