viernes, 29 de julio de 2011

MUELAS (227)

Muelas, el perro que fue amado de joven,
pero al envejecer recibió el desprecio de su amo.

MUELAS (227)
Publicado pors en noviembre 24, 2010 en 1:30pm


En la tierna entrega de sus besos
con lengüetazos enamorados y risueños,
lindos mis perros, no tienen sueños,
sólo viven para sus dueños.

Gran alegría en mi regazo
demuestran mientras me ven,
y al batir de sus bonitas colas
me entregan el alma con devoción.

Si los gritas o los fustigas
sin causa o sin razón,
ni un momento tú ves la ira
y al hombre que se cree mejor,
le muestran la nobleza de su corazón.

No tienen tiempo para recordar ofensas
y con su mirar de absoluta entrega,
llenan nuestras vidas de alegría 
mientras nos entretienen con sus juegos.

Si en abandono lo dejas
ya no lo quieres pues está viejo,
deambula triste cual vagabundo
que a tu puerta llega
hambriento por tus migajas.

Triste vida del vagabundo

a cuestas con su sarna y sus penas,
camina sin rumbo ni horizonte
entregando al cielo sus cantares
y a la luna sus desamores.

¡Corre perrito!  ¡Corre!...
Él se ha mudado a la otra esquina,
tiene un gran patio y lindo jardín,
estoy segura que allí
una gran casa de madera
está esperando por ti.

El hombre siempre es un insensato
buscando amor no correspondido,
mientras a su puerta se oye un lamento
dispuesto a dar por él la vida.

¡Corre perrito!  ¡Corre!...
Tal vez mañana te abra la puerta
mientras sobrevives con las miserias
que en la basura buscas y revuelcas.

¡Has pasado tantos aguaceros!
El sol en pleno te ha llenado de llagas,
¡ahí te veo!... viejito Muelas...
mirando al cielo
esperando a tu luna nueva
entre ladridos aletargados.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, noviembre 23/10







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