viernes, 29 de julio de 2011

DIENTES (226)

DIENTES (226)

En la tierna entrega de sus besos
con lenguetazos enamorados y risueños,
lindos mis perros, no tienen sueños,
sólo viven para sus dueños.

Gran alegría en mi regazo,
amor demuestran mientras me miran,
con el batir de sus bonitas colas
me dicen sin dolor...  ¡por tí vivo !.

Cuando los gritas o los fustigas
sin causa o sin razón...
ni un momento tu vez la ira
y al hombre que se cree mejor
le muestran la nobleza de su corazón.

No tienen tiempo para recordar ofensas
y con su mirar de absoluta entrega,
llenan nuestras vidas de alegría y esperanza
mientras nos alegran con sus tiernos juegos.

Cuando en abandono tú los dejas...
ya no los quieres pues están viejos...
deambulan tristes sin batir la cola,
y a tu puerta llegan de nuevo
sólo esperando que tú lo veas.

Triste vida del perro vagabundo...
a cuestas con su sarna y con sus penas
camina hoy sin rumbo ni horizonte..
entregando al cielo sus cantares
y a la luna tus desamores.

¡Corre perrito!  ¡corre!
él se ha mudado a la otra esquina,
tiene un gran patio y lindo jardín...
estoy segura que allí
una gran casa de madera
está esperando por tí.

El hombre siempre es un insensato...
buscando amor no correspondido
mientras en su puerta se oye un lamento
dispuesto a dar por él la vida.

¡Corre perrito!  ¡corre!
tal vez mañana te abra la puerta..
mientras sobrevives con las migajas
que en la basura busca y revuelcas.

¡Has pasado tantos aguaceros!
el sol en pleno te  ha llenado de llagas...
¡ahí te veo!... viejito Muelas...
mirando al cielo con un triste canto...
¡esperando a tu luna nueva!...


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, nov 23/10



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