domingo, 31 de julio de 2011

TU ALAMEDA (14)

TU ALAMEDA (14)


Hola mi corazón, no sabemos las primaveras ni los senderos que nos conducen hacia el amor, oh!... amor hermoso que te escondes en enramadas ajenas, pero que me hacen suspirar y decir una vez más que nacemos libres y que mis alas extenderé hasta el cielo de ese amor de mis ensueños...

 Cuando llega un beso de mañana sobre todos los que se han ido,  la aurora de tu tiempo te señala una nueva caricia perdida en tus primaveras, si en tu espacio que creías solitario llega un colibrí a tu ventana y te dice lo que creías olvidado...

Si entre tus penas y gemidos ha brotado una nueva flor aún en tus otoños, y tus ojos divisan otros ojos, y tus brazos tocan otros que te esperan, si a pesar de tus dolores y angustias, aparece de nuevo en forma de gaviota en tu estéril camino...

Si con tus anhelos que creías lejanos y un corazón piensa igual que el tuyo, un poema nuevo nace cada día, una ilusión despierta con el canto de las aves, y la brisa que te llega no huele a pesares, ni las rosas tienen espinas, ni los cactus te envenenan...

Si nadie se burla de ti, ni de tus escritos; ni hiere un corazón que vive de ilusiones, y  ves que las primaveras pueden ser eternas y las traiciones consentidas no se olvidan...

Si mis palabras tocan un alma gemela que retoza con la mía, que me envía sus versos y los engalana con su hermosa voz, y le pinta castañuelas y pepitas coloradas, y  el rubor aparece otra vez en mi rostro y me pinta con una nueva alborada de ilusiones...

Cuando al fin, otoño nuevo, primavera nueva, brisa perfumada con olor a pino, retornas  a mi estancia olvidada, así un beso anhelante espera por el mío a través de tus palabras...

Comprenderé, que siempre estabas ahí, mi sol naciente, que esperabas mi sonrisa de primavera y me enviaste al ruiseñor a mi ventana, cantor de amores y de poemas, en anhelante espera mi corazón te llama, y mis besos de fuego entregaré junto a las ramas de mi alma, que por ti esperan.

Y te dejaré la sonrisa que me faltaba, el poema cada vez renovado, la fantasía que ya no es, y la tristeza de verte  en la llanura y no poder tocar tu piel, ni poder entregarte mis pétalos, ni el amor que he consentido para que llene el espacio torturado y abandonado por siempre.

Más el abono de tus palabras llegó, ya no importan pareceres ajenos, ni importan lazos mal amarrados, ni importan quejambres antiguos, me importa el panal rico en amores que me entregas y que recibo con un toque de mis manos y  mi abandono silencioso  en tu oscura alameda.

SHEILA
Barranquilla, julio 26/11



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