domingo, 31 de julio de 2011

DIAMANTES DE FUEGO (5)

DIAMANTES DE FUEGO...



DIAMANTES DE FUEGO (5)

Hablaré de las miradas idas,
 de las pieles oscuras y martirizadas;
de manos cazadoras y de amantes 
enlutados sin una luna nueva...

 Diré que sus sonrisas tristes están en muchos corazones...
Látigos resuenan en medio de la oscuridad...
Dragones de fuego descienden con soberbia en sus miradas,
desde barcos enormes donde las cadenas y la ambición esperan...

Cada mañana y cada noche aparece uno nuevo en tu horizonte...
Cada golpe sobre la fragata olvidada, barcos que se hundieron
llevando consigo la vida, la libertad por siempre entre pastizales
y el alma viajera que vaga sin tiempo ni fin, en otros territorios usurpados...

Retrataré miradas desde los cerros oscuros, escondidos cerca al león
donde sus dientes no lastimaban, compartían los mismos senderos,
ahí el grito y el quejido del lobo, desde sus escondidos territorios
eran siempre sus bellos compañeros.

¡Cómo no hablar de la sangre que corre por mis venas...!
El color a tierra me llama, el quejido moribundo de tu boca,
la sangre que corre me aniquila y me hace inventar un verso nuevo...

¡Oh! gritos de horror escucho mientras corres con tus largas piernas,
quieres ser una gacela en vuelo, y ellos; con sus dagas te clavan y te inflaman,
sus gritos son atronadores, vociferan más no comprendes, pero sientes miedo...
Un miedo que hace palpitar tu corazón sobre el desierto de amor,
inundado con tus penas...

El tambor es tu corazón, esas lágrimas son tu sangre; tus manos son las mías...
Tus descendientes son los míos, los látigos continúan derramando tus vertientes
y los diamantes de sangre siguen tras tus huellas... tus tristes huellas,
dejando nuevos senderos malditos, llenos y  plagados con tu dolor.

Cómo no hablar de tus pechos caídos... /los que dejaron de amamantar.
Madres lejanas, abuelas soñadoras con el canto del pavo real sobre tus lomas
con el gemido del jaguar y el corretear del mono sobre tus llanuras,
y el beso del cocodrilo sobre sus crías diminutas, que protegía dentro de sus fauces...

Sangre de fuego son tus ojos que me miran,
mientras corro y vuelo para llegar a escribir por ellos,
para dejar una huella eterna en los corazones que vienen,
más aún los tiempos no cambian,
otro dragón de fuego nos consume y nos envenena:
el dragón de los tiempos del dinero que todo lo acapara...

Vienen otros pensamientos,
otros poetas que pintarán la sangre de colores
hablarán sobre los horrores y dirán que ésto es poema,
más sobre tus plantas heridas y martirizadas,
las que humillaron a nuestra raza
y las que pisotearon y aún lo siguen haciendo,
de ellos, ¡qué poco se habla ya!
¿A quién le importa un bello rostro negro, pintado de rojo color?

¡Ah! sonrisas divinas que se retratan en semblantes de nuevos colores,
dientes blancos y hermosos sobre pieles oscuras,
rayo de sol que no te quiebra:
¡dame un beso de tu boca!, tu linda boca negra con sabor a miel,
aquí dejaré un poco de mi amor por ti.
mientras saco una daga que me atormenta y aniquila...

Aquí está el depredador de siempre sobre tu lomo fino.
A la carrera seguirás entre los espinos del camino,
los gemidos alcanzarán la gloria de un Dios que te miró,
una luz divina que se ocultaba contigo y se martirizaba a tu lado
con los dragones que casi acaban con la estirpe más hermosa,
con la mirada oscurecida y bella del diamante de fuego negro.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 28/11


2 comentarios:

  1. Amiga, leí esto con un nudo en la garganta, el corazón oprimido y las lágrimas a punto de salir. Es estremecedor y esa piel negra y bella cobra vida en tus letras. Que bello corazón tenés!!!!!!!!!!! Te adoro, Sheila, ojalá el mundo tuviera millones de Sheilas, tantas como hermanos sufriendo.

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  2. Hola Myriam, aunque tengo que hacerle unos retoques, está la esencia de lo que siento, aún somos maltratados por nuestros mismos hermanos, aún el ser humano mira al otro con ojos de diferencia cuando en esencia somos iguales, agradezco mucho tu comentario tan bello, yo también te quiero mucho amiga y Myriam Jara como tú las necesita el mundo por montones. Besos.

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