domingo, 24 de julio de 2011

ALEMANIA (263)

ALEMANIA (263)

Cómo olvidar esas primeras y ansiadas imágenes con tu morral wayuu, tus botas de cuero, chaqueta térmica, sueños entre lágrimas y espinos del camino, pero ahí estabas, radiante y felíz como una tierna mariposa, en medio del sueño de tu juventud, ¡al fin!... Dios mío tanto sacrificio y ya estabas ahí. Hoy debía cuidar mis palabras, pues había un lector más y tendría cuidado en comentar sólo cosas buenas.

Bien mi gordita, Dios nos ayudará, le dije ese día en que lloraba desconsolada en mis brazos, su deseo era terminar sus estudios, pero cada vez que llegaba el fin de un semestre y debía conseguir lo del siguiente, humillación, llanto y tristeza.

Aquél día estaba viendo televisión muy preocupada por mi chiqui, ¡Dios mío ilumíname algo!, tiene que haber algo que pueda hacer por mi nena, excelente estudiante a quienes sus compañeras no querían ver en los primeros lugares que ella buscaba, para que le sostuvieran su media beca, pues quería ayudar con  la carga, pero no, yo le decía: ¡relájate nena!, no quieras ser la primera nunca, debes ser excelente en lo que hagas, bien hecho, con amor y sin importar el sacrificio que debas hacer, las cosas van llegando y nuestros pasos no los dirigimos nosotros, hay una fuerza externa que a veces creemos desconocer pero que es la guía final a todo lo que iniciamos...

 Empezaba el noticiero, seguro los mismos horrores de siempre y estaba ahí como un sadomasoquista triste viendo lo mismo de todos los días, platos de sangre servidos a la mesa y a los ojos de los depravados que encendíamos la televisión, para ver las dichosas noticias. Me disponía a dar el clic de despedida cuando vi la noticia: Empresa en Colombia encargada de llevar jóvenes al extranjero para estudiar un idioma y permanecer en un hogar como hija prestada que colabora en pequeños oficios caseros, como si estuviera en su propio hogar, con unos padres prestados por un año, debe ser estudiante universitaria que no haya terminado la carrera.

 El corazón de madre se iluminó y como loca corrí para anotar el link. Esta era la oportunidad para mi niña,  aprender perfecto el Alemán, que fue el idioma que ella como siempre voluntariosa  decidió. Quería Chino, y otros que no recuerdo, pero siempre se antojaba por lo más difícil, decidió que era Matemáticas lo que deseaba estudiar y en el 5 semestre se pasaría a Ingeniería Industrial en la Universidad del Atlántico. Pasó los exámenes y ahí estuvo hasta que las cosas empezaron a complicarse cada fin de semestre y empezaron las lágrimas. Esta vez fui yo quien le dijo sin pensarlo: aprende Alemán (bien, me hizo caso). algún día te vas para allá...

Ya tenía escrito el link a donde podría entrar y averiguar. Estaba tan feliz, nunca sentí miedo ni dejé que los pesimistas me desilusionaran, aunque como siempre parlanchina y bullera corrí a contarles, cuando habíamos quedado en que nos callaríamos la jeta para que nadie salara nuestras ilusiones. Allá las cogen de mantecas, las explotan, las llevan de putas y las desaparecen, fueron muchos los comentarios, salía un poco abatida pero siempre le decía, tienes que decirme ahora hija, como una verraca Santandereana que no se le arruga a nada, no olvides que en Santander fuimos las mujeres quienes gestamos la independencia de España y nuestras mujeres arrechas, fuertes y verracas (éstas palabras significan algo diferente, en Santander, significa mujeres fuertes), fueron quienes lanzaron el grito de libertad desde el Socorro, Zapatoca, Galán, con mujeres como Manuelita Sáenz, Manuela Beltrán, La Pola, tú tienes esa sangre en las venas y debes luchar por tus sueños, no dejemos que nadie venga y nos dañe la fiesta. Confío en Dios, desde el principio lo hice, así que mi gordita, estamos a un día del viaje, me vas a decir mirándome a los ojos, si tienes miedo, porque si es así... "tiramos todo a la mierda"  y te quedas aquí conmigo.

La vi salir con firmeza, llevaba su maleta bien forrada, no me importó el costo del embalaje, me habían prestado dinero, pero no importaba, me esperaban eso sí, pues sabían que les pagaría hasta el último céntimo. Mi chiqui me demostró que como siempre tenía sangre de cabra montés y que ninguna montaña era difícil de escalar. Me aseguré de que llevara la cámara y estuve tan tranquila, nada iba a pasar, ella había tenido sueños y éstos eran viajando en un gran pájaro azul que se perdía en el horizonte y llegaba a unos nevados que se convertirían pronto en primavera. Le dí mi cámara fotográfica pues no había dinero para comprar otra, le decía: te aseguras de tomar muchas fotos, a todo lo que veas, animales, ojos, bocas, pantanos, todo es todo... ella sabe cómo me encanta la fotografía, te aseguras de quedar de vez en cuando en algunas , como para que los incrédulos se muerdan un poquito la lengua y para que las amigas envidiosas que siempre dañaban sus trabajos tan bien elaborados y te  los escondían detrás de los sanitarios, o los despedazaban y los tiraban a las canecas de basura del colegio, se mordieran la lengua y se dieran cuenta que por más zancadilla que te metan en la vida, hay alguien poderoso, más que todos los poderes que existen, que siempre te dará una manito.

Nadie la explotó, nadie la violó, pasó algunas cositas desagradables, pues por allí según me dice, aún creen que llevamos el guayuco puesto, yo le dije: para nada hija, tu guayuco de libertad lo llevas siempre bien puesto, y cuando tengas que colocártelo, debes hacerlo con dignidad, que nuestra sangre se sienta vibrar en donde estés, pues por más grandes que parezcan, no son mejores que nadie, sólo pobladores más en ésta selva de cemento.

Su trabajo muy sencillo, AU PAIR, cuidar un nene y estudiar, aprender el idioma Alemán perfecto. Tuvo que pasar por 3 familias, cada una tenía un pero, la actriz la quería coger de esclava, la otra señora muy buena, pero no tenía el perfil que le habían ofrecido y además no le podía dar los 250 euros de bonificación para su estudio, la otra señora la última fue la mejor, una Argentina con su esposo Alemán, me dice que le llama papa, sin tilde... y a ella, mi madre adoptiva. 

Bien amigos, la historia es larga, mi nena está estudiando, hace el trabajo como parte del contrato que firmó en el programa, con dignidad y con amor, así la miren con desprecio y digan como un chico le dijo al otro: "¡mira qué hermosa jovencita!, qué bellas piernas", a lo que el otro le dice:¡no la mires!, es sólo una AU PAIR, difícil para ella éstos desprecios, pocos  amigos, sólo su familia  en donde está, pero ya no me llama llorando, está feliz, le dieron la oportunidad de estudiar y aprender el idioma a la perfección, ya han pasado 6 meses, va en medio del camino y yo aquí con mis brazos extendidos como siempre y la mirada lejana desde mi vieja puerta de madera...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio  25/11

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