domingo, 24 de julio de 2011

CON UN BOLERO (264)

CON UN BOLERO (264)


Disfrutaré mi hoy, cada segundo
en el jardín de violetas, de rosas encendidas
de colores ansiosos, envueltos en gotas de rocío,
que como besos tibios te enviaba
desde mi corazón.

Mi loto está encendido.
Sus estambres ardorosos
dispuestos a la entrega absoluta
vertida en mágico placer...

Empecé a danzar con las ramas en alto.
La desnudez de una mirada brillante
inspiró al viento en suave danza, y ahí,
los pétalos iniciaron a caer suavemente.

Al ritmo del bolero la cintura se movía
mis ramas se aferraron a las tuyas
y me pegaba a tu rosa piel...

El placer era infinito...
Con el beso de la cigarra
que ardorosa suspiraba a mi oído,
la mariposa absorbía mi total esencia,
entre perfumadas flores bañadas de rocío,
y la lluvia mañanera, 
que como un regalo bajaba del cielo,
y envolvía de magia la vida.

Caen los pétalos con afán,
se abrazan entre dulces gemidos agitados
que finalmente me decían
que el amor era fuego ardiente.

El mío estaba encapsulado,
dentro de mí, sin poder salir...
Estaba como dorado girasol
que enviaba suspiros con el viento,
hacia el cielo donde te posabas.

Te los enviaba con la brisa mañanera
hasta tu rincón,
y te demostraba una vez más
que nací para el amor.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio  25/11

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