viernes, 29 de julio de 2011

CHARLAS CON MAMÁ (235)


 CHARLAS CON MAMÁ (235)
·         Publicado pors en octubre 25, 2010 en 10:00pm

¡Si viniera a verme!
Ya me quedan pocos días,
no olviden que son 98.

La vieja mecedora
de mis olores impregnada,
parece ser quien consuela
mi vejez solitaria y resignada.

Olvidé los quehaceres de otros días,
los nombres de casi todos mis quereres,
casi abandono mi jardín florido
donde tejían colibríes sus amores...

Olvidé amasar el pan
con quien ofrecía día a día a Dios mis labores
mi cansancio y afán,
también los besos del esposo
que nunca, a pesar de tantos años compartidos
me dijo que me amaba.

¡Me llega una luz tan pequeña!
Recuerdo espinas,
¡ahh!..  ¡eran espinas que yo acariciaba!
Mis preciosos cactus
que de vez en cuando
me obsequiaban bellas flores
escondidas entre púas de colores.

El toche...sí... ¡claro!...,
un gato malvado destrozó su bello pico,
y poco a poco se llevó mi alegría
y mi alma en sus cantares.

Recuerdo... ¿quién era?.. ¡Ahhh!...¡yaaaa!
Sí... Mi sobrina... Claro...
Ella me regalaba su alegría,
Y yo le guardaba lindos trajes
ocultos donde nadie encontraría,
enviando también mi amor
escondido entre el ropaje.

 ¿A quién?... Mis nueras y mis yernos,
¿quiénes son?
No... No los recuerdo...
Como nunca me llamaron...
¡Se me olvidó! ... Y ellos tampoco
No... ellos no han venido a verme.

¿Sobrinas?... ¿nietos?... No los recuerdo bien,
creo que viven en sitios muy lejanos,
¡claro que a veces vienen de paseo!...

No.... No los recuerdo,
están muy ocupados... además,
nunca me llamaron
hasta sus voces he olvidado.

¿Teresa? ... ¡ahhhh! ¡jajajaja!, ¡Teresa!
¡Sí claro!, ella es como mi madre...
-Contestó la abuela con el rostro iluminado,
y entre balbuceos y sonrisas una lágrima rodó.

Uno a uno recordaba entre sonrisas leves,
reproches y suspiros mientras a otros olvidaba,
entre quejas y gemidos.

¡Ahhh, sí...! ¡ella quedó muy enojada conmigo!
-y esbozó un gran suspiro-, -yo le daba mucha guerra
y pronto se cansó... ¡daba mucha lidia con mis males!

Chucho seguía preguntando...-él era su cubita, el menor...
y claro que lo recordaba,
¡como a su más bella flor!

¡El hijo de quién?... ¡Ahhh ... sí!... él es mi nietecito...
Él me enviaba unos pesitos... ¡ajaja!
Creo que viajó muy lejos, pero sí....,
aún escucho su voz... mi nietecito claro... sí...
lo recuerdo...
¡Tan hermoso y tan joven,
semejaba un lirio en el pantano
a veces tan cerca,
otras, ¡tan lejano!

Pero al preguntar por él
su voz se quebró... sí, claro
-dijo agachando la cabeza-
él nunca vino a verme
creo que me olvidó...

Si tan sólo viniera un ratito
me quedan pocos días,
¡mi muchacho! …¿por qué?...
Sólo pude darle mi amor,
y con ésta pequeña luz
que aún da vida a mi viejo corazón
¡qué alegría sería verlo
y darle mi bendición!

-La abuela guardó silencio largo rato,
no pudo hablar más. -se me borró el casete- ,
dijo con una leve sonrisa y voz entrecortada...

¿Qué más madre?
Eso es todo, sólo abrazos
y besos para todos,
nada más…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 24/10 Principio del formulario


2 comentarios:

  1. Con cuanta nostalgia tenemos que aceptar el paso de los años... A todos nos llegará un momento en que seremos una sombra y ya nadie nos recordará... Ese será el instante en el que de verdad ya no existimos. Aunque a veces hay momentos, que nos parece detenido el tiempo y nos sentimos una sombra que nadie toca, ni quiere rosar, ni quiere abrazar... y ya nos parece que no existimos sino en nuestro propio mundo... con nuestro amor cercano como compañía final y verdadera. Eso es parte de nuestro destino...

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  2. Hola Jerónimo, gracias por tus palabras, sabias y hermosas y por leer mis escritos siempre. Te envío un poco de cariño y un cálido abrazo. Que disfrutes y pases tus días hermosos, aprovecha para fotografiar a las aves, filmarlas y dejar documentos que todos podamos disfrutar a través de tu obra y tus ojos. TQM.

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