domingo, 31 de julio de 2011

A ELLA (10)

A ELLA (10)



No hallé otra melodía más triste para ti,
soy piel de todas las estaciones de la vida
suave y arrugada con el tiempo 
tras el toque de mis manos
y el hurgar ruin de las ajenas.

Piel martirizada, amada piel rugosa,
esta melodía para ti, mi amada, mi consentida
tantas veces acariciada, tantas veces ultrajada,
donde se reposaban globos de colores,
pastillas que me hacían retozar con alegría...

¡Hasta el llanto compungido,
y la ira que me hace lastimar y humillar!

Mi amor divino,
cuántas veces despierto por ti,
duermes a mi lado bajo mi almohada,
dentro de mi bragueta,
absorbiendo las esencias del corazón...

Retazo de un calor vacuno, equino o felino...
Muerta estás entre mis manos, mi alcahuete consentida,
mi inventario mañanero, contador de historias secretas,
eres la musa que me alienta a seguir día a día,
la que anima a las mujeres de cualquier esquina...

¡Amante mía!... ¡preciosa mía, cara mía!
Te amo más que a todo lo que existe,
eres mi razón de vivir, el grito mañanero,
el azote temprano y la queja diaria...

Cómo no hablar de ti mi confidente...
Eres mi alcancía intocable, la razón valedera,
guardas mi pensión sin decir una sola palabra,
siempre callada, humillada...

Eres mi  piel arrugada
la razón por la que me voy a quedar solo,
ya nunca más te abandonaré
 mi diva consentida...

¡Que ella se marche lejos de mí...!
Pero a ti, mi amor divino,
¡nadie te ha de tocar!,
pues eres todo lo que tengo,
y lo que guardas es lo que anhelo...

¡Billetera de mi corazón!:
¡Por ti muero!..., ¡por ti suspiro!

Si por alguna razón 
ya no guardas mis secretos,
compraré una nueva,
¡no me crean tan bolsón!


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 27/11

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