miércoles, 22 de junio de 2011

VIEJA MAÑOSA (31)

VIEJA MAÑOSA (31)

¡Qué bien que la conozco!
Se escondió en páginas de  Internet
a escribir sus porquerías.

Se ocultó en el plumaje de las aves,
en los pétalos de orquídeas insinuantes...
Se esfumaba a hurtadillas,
creyendo que nadie la veía,
a chismorrear lo que otros escribían.

La vi bañándose de sol,
de rayos púrpura, y vestida de sedas claras
maquillada y perfumada.
¡Qué verraca vieja tan alborotada!

Me oculté a verla en las noches
escribiendo a los hombres groserías.
Les pintaba monos en la cara,
y se los enviaba, 
para cumplir sus fantasías...

Decía que su gatito amado
cuando en verdad lo que más amaba era el ratón,
lo sobaba y lo sobaba entre sus manos,
me miraba  y me miraba,
y se alistaba para cascarme con el cinturón...

La vi riendo a carcajadas
mientras se quitaba el camisón,
mostrándole las garras de sus tetas
a un viejo pelotas 
que se asomaba en un rincón.

Descubierta se sintió, 
más ni vergüenza le daba.
Se levantó empelota, y por la sala,
empezó a danzar y a brincar,
mientras blandía con alegría sus alas
y entre mis brazos,
sonriente se esfumó.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 20/11

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