miércoles, 22 de junio de 2011

LA NOVIA ES EL PAVO (29)


LA NOVIA ES EL PAVO (29)

Sentada en un duro sillón
sentí que estaba más pálida que ayer,
esperando que el amor no moriría...

Quise adornar mi traje de colores,
medallones, aretes, fantasías,
carmines encendidos con olor a fresas,
cachetes sonrojados de mentiras...

Faldas provocadoras de sensaciones locas,
y la pequeña perla negra escondida, 
se guardó de nuevo entre las coralinas aguas,
con el suave frescor de la lluvia que la mecía...

Decidí que hoy me adornaría de plumas
como lo hacen ellas, mis amigas...
No sería más, el adorno, 
ni el mueble viejo de nadie,
ni la posadera de peludas nalgas,
ni la antojada que todo anhelaba
pero que a la larga, nada recibía.

Vi que éste mundo era mágico...
Me besaría con las flores más hermosas,
los lirios perfumados 
ocultos en majestuosos valles.

Me vestiría como ellas, sutiles, sencillas...
Casi inadvertidas presencias,
en donde machos de colores
derrengados en amores,
se inspiraban en melodías gentiles
y las encantaban.

Aquí había magia, nada te exigían,
 pero se adornaban con los más lúcidos colores.
Eran novias vestidas y perfumadas,
que entregaban sus virginidades
y lloraban al amanecer con tristes notas.

Llegó el amor ataviado de seda blanca.
El brillo de sus alas me inspiró,
su batir acelerado me demostraba
que allí, sin el aprendizaje del humano,
eran ellos los reyes verdaderos,
quienes enseñaban a conquistar
valerosas damas.

Sólo me miró...
¡Se abrillantaron sus ojos!
Saltitos suaves a mi alrededor,
besos de lluvia cristalina y blanca,
iris fantásticos ante los míos,
que se perdieron en mis ovarios de seda
entregada a las savias de su amor,
en un valle florido, 
donde las mariposas de colores
danzaban a nuestro alrededor
y las hembras mustias,
éramos las más queridas.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio 18/11

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