MI BÚHO (28)
Viró sus ojos al ayer
más encontró de nuevo,
un gran vacío en su cama.
Descorrió los velos
que no la dejaban ver
y vio a lo lejos a su prenda amada...
La admiró de cerca,
¡no lo podía creer!,
hoy estaban empañadas
sus oscuras gafas...
Llegó la luna y se durmió con ella,
y él, extendió sus agraciadas alas.
Le dio un beso sobre su piel,
mientras la aprisionaba con sus garras.
Lloró de nuevo,
cristal frío sobre su piel
parecía metal fundido.
Quedó desnuda su alma,
miró en silencio y se esfumó,
mientras nieves perpetuas
adornaban como plata de tiempo
su agraciada cara...
Batió sus alas dentro de su lívida blancura,
levantó la brisa su esplendor caído,
oró, mientras sin dolor ni espanto,
dormía nuevamente
entre blancas sábanas...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, Junio 18/11
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