miércoles, 14 de abril de 2021

LA MALETA

 

LA MALETA

Ahí estaba la maleta esperando a una víctima, ¡y claro que no seré yo!, para eso está Dorita, lo mío será liviano, como siempre, ajustaremos sonrisas y llevaremos ganas para el camino.

Salían presurosas 5 damas vestidas de café, en procesión diría, pero un pie ajustó sus vidas que se volvieron chicha de maíz, ¡pobrecitas!, tan contentas que estaban en el rincón de los silencios, pero no sabían que así es la providencia, todo terminaría cuando Dorita buscara una maleta para cargar mis penas y empacarlas junto a las suyas.

De florones azulinos, rojos y morados, la encopetada dama salió muy maja y colorada, haciendo fieros a las vecinas, que por huevitos vinieron, y me dejaron sin nada para mi prestigiosa cocina.

¡Ay!, ¡tiene una cara de contento que no puede con ella!, le dije.

No joda si en el barco encuentro un amor, por allá me quedo, porque vivir sin cariño, es un pésimo enredo.

En éstas ya no murió, la presión se le bajó, ya casi no se muere, no siente un tirón, ya  German ni le importa, ¿para qué a veces es tan zurrón?

En éstas llega Alirio con Azucena, y la cosa se puso buena, dando quejas y quejas pasó la tarde y le volví a repetir; ¡ya no joda!, si se va a morir que sea ahora, porque con éste cuento lleva medio siglo, ¡que me duele la pata, que me dio un tirón, que la nuca está tiesa, que las huevas sin rayas  de don  Simón, que Domingo me jode y se hace el huevón, que una poeta me hace versos y le hecho mi bendición de verde color!...

Luego pasamos contentos, un libro con mil poemas, bonito regalo para pasar la noche y en esto y mi desabroche de amores quejas y penas, se fue el día sin mis versos, pero hubo derroche de risas y maletas llenas.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 10-04-15

 

 

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