A CONCIENCIA
Despertar a
la conciencia, es comprar a los campesinos sus frutos en la calle, o directo en
sus parcelas, y no llenar nuestros canastos de productos importados, mientras
los nuestros mendigan en las calles...
Sus
artesanías, sus obras de arte, sin regatear, pues con ese dinero alimentan a
sus familias.
Despertar a la conciencia, es permitir a los árboles dar sus frutos y no podarlos en plena
floración.
Es pecado
negar alimento al ave, o al peregrino que deambula de rama en rama, buscando que
comer, cuando un árbol puede calmar el hambre y aplacar la sed.
Sé artesano
no solo de tu destino, tenemos que aprender, que quien pide cargando un niño en
brazos, no siempre es bueno, pero quien vende algo, sabe que debemos trabajar
aunque sea recogiendo las hojas del parque para procurar nuestro alimento.
Hay
personas que viven de la tristeza de otros, se aprovechan, y pasan viendo en qué
momento pueden causar mal.
Hay miles de conciencias y sus despertares, motivos grandes o pequeños, lo importante es que actuemos ahora, porque la naturaleza nos ama, nos redime, nos perdona, cada vez que aún derribado un árbol, por sus raíces brotan sus hojas y cada tanto florecen, regalándonos la sorpresa de un nuevo fruto.
Pídele al cielo luz en tu vida, y te regalará miles de estrellas y motivos; aún en días aciagos, te mostrará paisajes cambiantes en las nubes y rebosantes en el mar.
Raquel Rueda Bohòrquez
23 03 21
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