PABLO
En el puño
de mi mano
Tengo escrito
tu nombre
Y en las
heridas de mi alma
Un recuerdo
que te llama.
Fuiste un ave
de paso
Aferrado de
una rama
En donde
mis sueños fueron
Frágiles cristales
Pintados entre
la grama.
Y arriba de
la montaña
En el pecho
de un árbol
Quedó tu corazón
junto al mío
Atravesado en
una lanza
Para que jamás
olvidaras
Que el amor
siempre duele
Aunque sea
grande tu alabanza.
Dos
avecillas pasaron
Con inquietudes
distantes
Y en sus
patitas llevaban
Un rosario con
mis lágrimas.
Pero luego
me contenté
Porque el sol
las secó
Y en ese lapso
Una nube que
pasaba
Con mi dolor
cargó.
Raquel Rueda
Bohòrquez
Barranquilla,
marzo 18/21
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