EL ALBA
Eres tú, la palidez del poema
que ronda entre la luna y el sol
y sin despecho alguno,
te fundes entre las cañas
que guardan secretos de amor.
Recuerdo ser la paloma
y tú el águila que rondaba,
más ahora, amor fugaz,
eres una lágrima rubia
que ha pintado el sol de gracia
en medio de la espesura.
En tanto Alba, mi amiga
duerme despierta,
agranda sus ojos desde la cama
cuando el amor de sus entrañas pasa
y entre rayos fugaces
acaricia sus senos
para que sienta la vida.
Y el alba de la mañana lo sabe,
gritará su nombre una tarde,
cerrará sus párpados
y cubrirá su cuerpo
con una blanca sábana...
Raquel Rueda Bohòrquez
Barranquilla, 24 03 21
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